El Mallorca abre el cofre del 2021 metiendo otro punto en la hucha y dejando pasar de largo el tren del liderato. Una extraña mezcla de sensaciones para el cuadro isleño, que troceó su reaparición en porciones de muy diferente sabor. Bajo la lluvia y en una función representada sobre un lodazal, el equipo que dirige Luis García Plaza enterraba una renta de dos goles y se permitía empatar un encuentro que tenía controlado y bajo su manto después de las dianas de Lago Junior y Sastre. Dos desajustes a balón parado que ensombrecían la buena puesta en escena de los baleares a su regreso de las vacaciones y que aprietan las tuercas de las plantas superiores de la clasificación, donde los bermellones conviven ya entre el Espanyol y el Almería en una baldosa de un punto. La enésima prueba de que la otra media temporada que falta por completar será compleja, dura y seguramente asfixiante para todos (2-2).
El viento, la lluvia y el barro (en las horas previas al duelo sobrevoló incluso la amenaza del aplazamiento) dificultaban aún más la vuelta a la carga de dos equipos que además habían tenido que cerrar el paréntesis navideño entre una pila de bajas. A uno y a otro les costaba redactar un guión que no empezaría a sufrir giros hasta arrimarse al cuarto de hora. Blanco Leschuk rompía la paz con un cabezazo que se marchaba a la derecha de Reina y el Mallorca, viendo como empezaban a silbar las balas, respondía en la jugada siguiente con un trallazo de Galarreta que escupiría uno de los palos de Femenías.
Tampoco Oliván acertó a enderezar la jugada en su continuación. En cualquier caso, entre uno y otro habían convertido el área ovetense en la sala de espera del primer gol de la noche. Mossa, con un error mayúsculo, iba a adelantarle el regalo de Reyes al conjunto bermellón mientras la portería local todavía vibraba. Lago Junior recogía el presente y sellaba su segundo gol de la temporada mientras rompía el hielo. Primer objetivo cumplido.
El gol resultaba inspirador para el conjunto de LGP, que se animó a recuperar la versión de los últimos meses de 2020 y a tejer los mejor minutos del encuentro. Un tramo de ensueño que alimentó Joan Sastre con su primer tanto en casi tres años. El de Porreres disparaba otro misil con la pierna derecha y dibujaba otro golazo para guardar. En un momento y con una contundencia extrema, el Mallorca había desconfigurado al Oviedo y había destrozado el encuentro.
Sacudido por la violencia del golpe, el Oviedo no iba a ofrecer señales de vida hasta que el reloj superaba la media hora. Primero con un centro de Mossa que circulaba en paralelo a la línea de gol sin que lo tocara Leschuk y justo después con otra ocasión de Rodrigo. Crecía la sensación de que el Mallorca se acercaba al descanso con la lengua fuera. Un indicio que cristalizaba a pocos segundos del intermedio, después de que Javi Mier conectara, con permiso de Brian Oliván, un centro emponzoñado de Nahuel que iba a comprimirlo todo.
La segunda mitad recibía al Mallorca con otra mala noticia: la lesión Oliván. El catalán, que ocupaba el puesto del sancionado Cufré, se largaba tocado y le dejaba su sitio a Fran Gámez. Antes, Luis García Plaza había retirado del tablero a Febas para buscar la electricidad de Amath Ndiaye y el fútbol del Mallorca había empezado a mejorar de nuevo.
La muestra más clara fue un cabezazo de Russo que obligaba a Femenías a forzar un saque de esquina. Todo estaba del lado balear, que cuando menos lo esperaba volvería a tropezar a balón parado. Nahuel, vestido aún de asistente, sacaba un córner que era petróleo para su equipo y Arribas, avanzándose a Galarreta, reseteaba el marcador. Al Mallorca, despojado de sus dos columnas principales en defensa (Raíllo y Valjent), se le escurría el oro de entre las manos en otra jugada de estrategia. En poco más de una hora de partido ya había encajado más goles fuera de casa que en todos los desplazamientos anteriores.
Con el paso de los minutos y el campo hecho un barrizal, el empate empezaba a ser una buena opción para los dos equipos, que en cualquier caso iban a seguir intentándolo a empujones. Lo hizo primero el Oviedo con un testarazo de Obeng a centro, como no, de Nahuel y bajó la persiana de la velada el Mallorca con otro misil de Joan Sastre a la salida de un córner que en esta ocasión no iba a encontrar la portería.
Real Oviedo: Femenías, Juanjo Nieto, Arribas, Bolaño, Mossa, Javi Mier, Jimmy, Viti (Cedric, min.86), Nahuel (Carlos Hernández, min.89), Rodrigo (Obeng, min.72) y Blanco Leschuk.
Real Mallorca: Reina, Sastre, Russo, Sedlar, Oliván (Gámez, min.57), Baba, Galarreta, Febas (Amath, min.53), Antonio Sánchez, Lago Junior y Abdón (Alegría, min.86).
Árbitro: Trujillo Suárez (Comité tinerfeño). Amonestó a Abdón Prats y Galarreta.
Goles: 0-1, Lago Junior, min.15; 0-2, Sastre, min.19; 1-2, Javi Mier, min.44; 2-2, Arribas, min.69.