Lo que empezó siendo un deseo que se pronunciaba con boca pequeña ha terminado siendo una posibilidad más que real: el ascenso a Primera. En la primera semana de agosto, cuando García Plaza fue presentado ante los medios, la prudencia marcaba las intervenciones tanto del propio entrenador como también del director deportivo, Pablo Ortells. «Tenemos que marcarnos un camino y un objetivo final que es la Primera División, pero va a ser la primera y la última vez que hable de este objetivo porque el recorrido es largo. Paso a paso tenemos que construir un equipo que en el día a día nos lleve al objetivo final», manifestó el entrenador del Mallorca.
Ahora, cinco meses después y tras 19 partidos disputados, el conjunto balear es segundo a un punto del Espanyol y está distanciado a once puntos del séptimo. Ni los más optimistas habrían llegado a pensar que esto sucedería a falta de dos partidos para la conclusión de la primera vuelta. Resta un mundo por delante, pero lo cierto es que el Mallorca es hoy por hoy un claro candidato a la lucha por el asceso directo. Este es el gran deseo del club con vistas a este próximo 2021, pero no es el único. La entidad sabe que lograr agarrar de nuevo la categoría perdida será más sencillo si el público regresa a Son Moix, circunstancia que ahora no es posible por culpa de la pandemia del coronavirus. De hecho, en el escenario actual se hace difícil que el deseo de LaLiga de empezar a abrir puertas a finales de enero o principios de frebrero pueda ser una realidad. No obstante, la confianza es que en la recta final, cuando esté verdaderamente en juego el ascenso, los mallorquinistas, aunque sea en un número reducido, puedan tomar asiento en Son Moix y animar al equipo.
Son los dos grandes deseo de una institución que institucionalmente atraviesa por un momento de paz y que económicamente está mejor que nunca. El ascenso sería la guinda perfecta.