Cada jornada del Mallorca es un paso adelante. Un derechazo al mentón de sus compañeros de viaje y una revisión de sus registros históricos. Desde el pasado mes de septiembre, el proyecto de Luis García Plaza avanza llevándoselo todo por delante. Colgado de lo más alto de la clasificación —si el Espanyol no gana este domingo en Logroño nadie lo bajará de ahí antes del cambio de año— el equipo balear insiste en empequeñecer sus plusmarcas anteriores. Con su victoria en Butarque, un recinto que no conquistaba desde finales de los noventa y en el que esta temporada solo había puntuado el Girona, el líder apila cinco victorias consecutivas (dos de ellas en el campo de rivales directos), 17 jornadas sin perder y 14 partidos con la portería a cero. Unas cifras sorprendentes que le han llevado a ahorrar 41 puntos en 18 jornadas. Solo cuatro menos de los que había reunido cuando bajó a Segunda B (2017) y ocho más de los que recolectó en Primera durante toda la temporada anterior. Casi nada.
RÉCORD A LA VISTA
Iguala la racha de 1996
El Mallorca ha cambiado su piel por un vestido de piedra. Ha mutado en un enemigo casi indestructible el cuadro bermellón, que está a punto de cerrar las ventanas del año del coronavirus tras 17 partidos seguidos sin perder. Un lujo en la categoría de plata al que no accedía desde hace casi un cuarto de siglo. Exactamente, desde la campaña 1995-96. Acabó la liga con 17 partidos sin perder —el primero lo dirigió Damià Amer y los siguientes Víctor Muñoz— a los que sumó después el partido de ida de la promoción contra el Rayo Vallecano. El sábado, contra el Fuenlabrada y en la soledad de Son Moix, tendrá la oportunidad de actualizar esa franja dorada de resultados.
SERIE GANADORA
Seis años después
Hay que rebobinar más de seis años para encontrar a un Mallorca capaz de ganar cinco partidos seguidos en Segunda División. Hasta ayer el último en conseguirlo era el que dirigía Valeri Karpin a comienzos de la temporada 2014-15. Después de un lamentable inicio de campeonato el equipo se repuso y se posicionó en la mitad superior de la liga derrotando a Alavés (2-0), Llagostera (1-4), Sabadell (1-0), Lugo (2-1) y Racing (0-1), aunque tampoco le alcanzó para pisar el suelo del playoff. Pese a la regularidad de su juego y de su rendimiento, hasta esta misma semana el Mallorca de LGP solo había conectado un máximo de tres victorias. Ahora, en el mejor momento posible y con el repóquer bajo su manto, el objetivo es cumplir con el primer trámite de la Copa del Rey en Guijuelo, cambiar de año sobre la cumbre y añadir al Fuenlabrada, que visita Son Moix el sábado, a su extensa lista de víctimas.
DEFENSA DE LUJO
Un muro de hormigón
El Mallorca ya ha mantenido la puerta cerrada en 14 de los 18 partidos. No ha recibido ningún gol de sus cuatro perseguidores principales: Espanyol, Leganés, Almería y Sporting.