El Mallorca de Luis García Plaza circula por encima de la línea roja dieciséis jornadas después. A toda velocidad, sin mirar atrás y con la cartera a rebosar, el cuadro balear está pulverizando los mejores registros que había redactado en Segunda División bajo el formato actual. Sin ir más lejos, el conjunto isleño ya mejora la cosecha de puntos de toda la temporada pasada en Primera División a falta de cinco jornadas para atravesar el ecuador de la competición. Se expresa con tanta contundencia sobre el tapete que si mantuviera la progresión de estos meses rebasaría los 91 puntos que firmó el Deportivo en la campaña 2011-12, con José Luis Oltra al volante.
Sigue nadando en la abundancia futbolística el bloque que ha ido esculpiendo LGP, situado muy por encima de lo que indicaban las previsiones estivales más optimistas. En el ejercicio de su vuelta al pozo y tras perder a la tripulación que le había llevado a la superficie, el Mallorca solo ha tardado 16 partidos en ahorrar 35 puntos, dos más de los que recopiló durante 38 jornadas en Primera División (33). Una cantidad más que suficiente para ampliar la distancia de seguridad con los equipos que tiene a la espalda en la clasificación. Ahora le separan cuatro puntos del tercero y del muro del ascenso directo, tras el que espera el Leganés, y siete del Málaga, que es séptimo y abre la sala de espera del playoff.
El Mallorca de estos días sobresale en cualquier comparación reciente. Basta con echar un vistazo a la última referencia que dejó en la categoría, saldada con un final feliz en forma de ascenso hace año y medio siguiendo las directrices de Vicente Moreno (2018-2019). Aquel equipo que restauró el honor que había ido perdiendo la entidad en los cursos anteriores llegaba a este punto del camino con muy buena cara y 27 puntos a la espalda. Es decir, ocho menos de los que guarda ahora en la hucha. En total, acabó recopilando 69 —ahora ya acumula más de la mitad— y aferrándose a una quinta posición que le abrió las puertas del cielo por el salvoconducto de la promoción.
Con esa carta de presentación y unos argumentos tan categóricos, el mayor desafío que se la plantea ahora al Mallorca es sostener la altura de su vuelo, algo que no han conseguido muchas formaciones en su misms situación. De hecho, el equipo isleño no es el mejor a estas alturas del campeonato pese a contar con un expediente sin apenas manchas. El Cádiz de la temporada pasada, por ejemplo, tenía un punto más que el Mallorca después de dieciséis jornadas y aunque acabó ascendiendo sin atajos, se quedó en 69 puntos y fue segundo por detrás del Huesca (70). Igual que el Betis de la 2010-11 (36) o el Atlético de Madrid de la 2001-02 (36). El mejor equipo en esa dirección sigue siendo el Elche que dirigía Fran Escribá durante la campaña 2012-13, que contaba con 38 y llegaba a la meta con 82, cuatro más que el Villarreal que dirigió Julio Velázquez la primera vuelta y Marcelino García Toral la segunda.
El propio Luis García Plaza, que ascendió con el Levante (2010) como tercer clasificado cuando todavía no se aplicaba la fórmula del playoff, tampoco había pasado por nada parecido en Segunda. A los mandos del conjunto granota había sumado 22 puntos después de la dieciséis primeras jornadas y estaba instalado justo en la franja central de la clasificación. La segunda vuelta, que acaba cribando de forma cruel a los aspirantes, encumbró entonces a un entrenador que ahora sueña con repetir gesta.
Abdón, el centro de todas las miradas
Una vez que había roto el hielo con el gol frente al Logronés que zanjaba casi año y media de sequía, Abdón Prats se convertía en el gran protagonista de una jornada intersemanal en la que el Mallorca blindaba el liderato y agrandaba su renta con respecto a equipos como el Sporting, el Rayo, el Mirandés o, lógicamente, el propio Almería. El delantero de Artà dejaba definitivamente atrás los nubarrones de estos meses con un golazo en el tiempo añadido que suponía un golpe encima de la mesa y que daba alas a los de Luis García Plaza en una primera parte de curso de ensueño. El atacante mallorquín ya suma dos tantos, los mismos que Amath Ndiaye y Antonio Sánchez.