El torneo sigue esperando al Mallorca, que ha irrumpido con un fútbol tan tímido como preocupante. Apenas se percibe evolución alguna en la escuadra de Luis García Plaza, que ante el Sabadell (1-0) propuso más o menos lo mismo que ante el Rayo (0-1). La gran diferencia, evidentemente, fue el resultado y un botín con propiedades analgésicas.
La tercera entrega del Mallorca resultó del todo decepcionante. De mínimos. Se decidió todo tras un buen golpeo de Dani Rodríguez desde fuera del área, que zanjó una función en la que no sucedió nada. El Sabadell no exigió demasiado, pero la congestión local resultó enorme. Al Mallorca se le adivinan casi todas sus maniobras, un hecho que resta credibilidad a su candidatura.
Mboula, una de las nuevas contrataciones, apareció en el equipo titular, aunque tras el descanso dejó su sitio a Murillo, otro extremo recién llegado. Sin duda, Lago Junior sigue siendo capitán general...
La mejor noticia para el Mallorca es que sin convencer a nadie, administra cuatro puntos en su cuenta corriente, un saldo aceptable mientras sigue rastreando el mercado e intentando zanjar el «caso Budimir». El entrenador ya le ha declarado la guerra en público, pero el delantero sigue riéndose del Mallorca. Llegados a este punto, su salida debería ser inmediata. Cualquier otra cosa es perder el tiempo.