Vicente Moreno se niega a bajar los brazos antes de que los argumentos del Mallorca se consuman del todo. Pese a vivir bajo una intensa tormenta desde que la maquinaria de la Liga se puso otra vez en marcha, el técnico valenciano sigue creyendo. El margen se estrecha, pero observa todavía una pequeña rendija por la que cree que su equipo puede colarse antes de que sea demasiado tarde. Mientras tanto, asume íntegramente la responsabilidad. De la derrota en San Mamés y de la situación en la que se encuentra el conjunto balear, que no es irreversible, pero que cada jornada que pasa resulta más precaria.
Moreno asegura sentirse «fuerte y con ganas» de hacer su trabajo, aunque el Mallorca sigue perdiendo altura. «Te vas fastidiado porque al final el máximo responsable de la cuadrilla soy yo», explicaba, tras la segunda caída consecutiva de su equipo en pocos días, a través de una rueda de prensa telemática. «Uno se siente responsable cuando no ha sido capaz de darles lo que necesitan para ganar el partido o para ganar más partidos de los que estamos ganando», alegaba antes de detallar la «diferencia notable» de lo que dejó el partido entre los dos tiempos. En el primero de ellos fue donde todo se vino abajo. «Hemos recibido dos goles. Uno en una acción de penalti en la que no tienen opción de remate y somos tres defensores por un punta. Es innecesario, tienes que intentar que este tipo de cosas no pasen o no vuelvan a pasar. Y la acción del segundo gol la habíamos visto y le habíamos dado importancia porque sabíamos que podía aparecer como ha aparecido. Y si se da en el partido el responsable soy yo. Tienes la sensación de, en muy poco tiempo, haber puesto el partido cuesta arriba. Y estando en la situación que estamos los chavales han decaído. Los chicos se lo han dejado todo en la segunda parte, con más o menos acierto, y la sensación era de que podíamos tener opciones de empatar el partido. A lo mejor esa impotencia nos ha hecho volver a cometer un error en una jugada inocente que no hacía falta conceder. Estoy fuerte y sigo ilusionado, pero fastidiado. Me gustaría liberar a los chicos de la responsabilidad de la derrota y de la situación en la que estamos. El responsable soy yo», insistía.
Preguntado sobre si aún cree en la permanencia, situada ahora a seis puntos cuando al Mallorca le quedan solo 18 por los que pujar, Moreno tampoco duda. «Sí y de forma contundente», aclara. «Tengo muy claro lo que va a hacer falta. Evidentemente, cada semana que pasa que no ganas esos puntos que te hacen falta vas a ir más apretado y obligado. Creo que hay puntos y partidos ganables en los que no vamos a poder fallar. Y si fallamos ahí, se habrá acabado esta historia. No es una pose y estoy convencido. Era una posibilidad que en lo primeros partidos pudiéramos no sumar y faltan en esa cuenta los dos del Leganés. Creo que en algún otro partidos hubo motivos suficientes para sacar algo más. La realidad es que nos quedan tres partidos en casa que no podemos fallar y después tendremos que sacar alguno fuera de casa. Sigo convencido y espero que los jugadores también. Es importante que los jugadores no decaigan, aunque no es fácil afrontar los partidos en la situación en la que estamos».
Moreno, de cualquier forma, es consciente de que el Mallorca se diluye en las dos áreas. «El secreto es el equilibrio entre la defensa y el ataque. En las dos vertientes no hemos estado todo lo finos que requiere la competición. Los tres goles son bastante evitables y debería ser relativamente fácil cerrar el grifo por ahí. Y en los últimos metros tener más frescura y un pelín de suerte», admitía.