La pandemia ha elevado los muros de Son Bibiloni y cada vez cuesta más ver lo que pasa al otro lado, pero en su interior la cadena de producción continúa. Bajo los planos de la permanencia y entre un grupo de futbolistas que va arrimándose con la desescalada, Vicente Moreno también aprovecha para limar algunas de las gemas que guarda el Mallorca en el cofre de las joyas. Rafel Obrador Burguera y Luka Romero Bezzana son dos de esos diamantes en bruto que el técnico valenciano pretende pulir desde la humildad del trabajo diario.
Rafel es un chico de Campos de solo 16 años que desde que los entrenamientos entraron en la tercera fase estudia en la misma clase que el primer equipo. Luka es un internacional argentino nacido en Durango (México) el 18 de noviembre de 2004 -todavía tiene 15 años- que este lunes destapó su precinto con la primera plantilla -no tenía el permiso de LaLiga- aunque su nombre suena por Son Bibiloni desde que era un niño y ya protagoniza vídeos virales con sus mejores jugadas.
Rafel Obrador Burguera ya oposita a ocupar en un futuro cercano el lateral izquierdo de la primera plantilla. A Luka Romero ya hace años que le bautizaron como el nuevo Messi por su estilo sobre el césped y su físico. Ambos son los penúltimos diamantes que deslumbran en las minas de Son Bibiloni.
Poco dado a enseñar las cartas con las que juega en categorías inferiores, el Mallorca anunciaba el pasado mes de octubre la renovación de Rafel Obrador hasta 2024. Un movimiento firme que, más allá de una apuesta por sus prestaciones, suponía también un anillo de seguridad frente a los grandes. El Barcelona había intentado ficharlo y la sombra era visible. El Real Madrid, que acababa de pescar en la carretera de Sóller a Pablo Ramón y Xavi Sintes y que ya había intentado llevárselo a Valdebebas cuando era alevín, había vuelto a la carga. Y desde un poco más lejos, el Manchester City también trataba de desplegar sus redes, poniendo incluso más dinero que el club blanco sobre la mesa. «Como en casa no se están ningún sitio», decía el propio Rafel después de estampar su firma en el nuevo contrato, ya de largo recorrido.
Con una cláusula de rescisión cercana a los tres millones de euros y una ruta más o menos definida —la idea es que haga la próxima pretemporada con el filial y que juegue con el juvenil de División de Honor—, se ha colado por la ventana del primer equipo aprovechando la extraña situación de estos días y está haciendo un máster en los campos de la ciudad deportiva. Un caramelo que también se han llevado a la boca otros compañeros de la cantera, como Iván Bravo, Fran González o el portero Jesús Ruiz.
Internacional con España sub'15 y sub'16 y bien protegido por un entorno familiar sólido al que los técnicos de la casa conceden tanta importancia como a sus cualidades, Obrador destaca por su velocidad y su físico en la orilla izquierda de la defensa. Una de las posiciones mejor valoradas del mercado profesional y un punto negro en la historia reciente del primer equipo. Vicente Moreno ya lo conoce un poco mejor. Y el Mallorca, con todas las precauciones que exige su progresión y sin acelerar más de la cuenta, ha trazado un plan para él. Si de cada crisis surge una oportunidad, Rafel Obrador quiere empezar a exprimir la suya.
Luka Romero todavía tiene 15 años, pero ya sabe que es el centro de todas las miradas. Capitán de la selección balear cadete, ya ha marcado goles en el Sudamericano sub'15 con Argentina, una de las tres selecciones que, por nacionalidad, podría defender. Hijo de Diego Romero -que juega en el Son Verí de Regional Preferente-, nació en México cuando su padre se encontraba jugando en aquel país.
La carrera de su padre forjó sus inicios en el fútbol. Como prebenjamín del Formentera y con apenas siete años ya estuvo a prueba en el Barcelona después de marcar 88 goles. Posteriormente pasó por el Sant Jordi de Ibiza, donde se erigió en el mejor jugador alevín de Balears.
Cuando Luka estaba en las inferiores del Málaga, el Real Mallorca se fijó en él y no dudó en firmarlo. Vestido de bermellón, Luka ha ido superando todas las etapas con nota y su nombre comenzaba a sonar con fuerza. Su irrupción en el primer equipo parecía inminente. Después de no recibir la autorización, ayer por fin pudo saltar al campo para participar en el primer entrenamiento grupal de la plantilla profesional después de 81 días. Con Obrador y Luka Romero, las penultimas joyas de la cantera mallorquinista.