Pudo ser peor. El Mallorca esquivó zona de descenso pese a perder en Valladolid gracias al traspié del Celta de Vigo en su estadio. El conjunto gallegó perdió ante el Getafe (0-1), lo que jugó en beneficio de los baleares, que cierran la jornada dos puntos por encima del descenso. Psicológicamente siempre es importante estar fuera de vagón de cola y ahora lo que toca es tratar de revertir la situación y de una vez por todas tratar de tomar impulso en la. El domingo a las doce del mediodía en Son Moix tendrá otra oportundiad de hacerlo a costa del Villarreal.
Lejos de casa el Mallorca suele poner un plan de inicio similar a los partidos de Palma. Entra los partidos con fe, chispa y energía y por momentos se sitúa como claro dominador de los encuentros. Ocurrió en Valladolid hasta más allá del primer cuarto de hora. Pero haciendo un ejercicio de memoria, también en Mestalla ante el Valencia la primera parte fue de los baleares, como también tuvieron opciones en Vitoria y Leganés.
Durante un buen puñado de minutos el equipo ha dado la cara lejos de Son Moix, pero le ha perjudicado y de qué manera la falta de definición. Los goles no llegan y no están en consonancia con el juego del equipo, al menos con esas fases donde el Mallorca por momentos tiene llegadas, capacidad de creación y contundencia defensiva.
Cuando todo se une falla el gol, la finalización. Tal vez lo más importante. A partir de ahí la película casi siempre se repite. El rival se crece, toma contacto con el balón y el juego y por regla general no falla en el área rival. En este nuevo escenario el Mallorca lo tiene difícil para reaccionar.
Lo intentó en Getafe donde llegó a poner en aprietos al conjunto local tras ir ganando tres a cero y llegar a ponerse tres a dos. Pero ir contra el marcador es una losa excesiva para muchos de los equipos que como el balear están en la zona baja de la tabla luchando por tomar impulso.
La clasificación indica una realidad y es que el conjunto balear ha perdido todos los partidos como visitante. Tampoco está para presumir el Alavés, que no ha ganado ninguno y solo ha sacado un punto al igual que el Leganés.
Betis, Celta, Eibar y Athletic Club tampoco se han estrenado lejos de sus estadios, pero han maquillado sus visitas con algún que otro empate. No es por lo tanto patrimonio solo del Mallorca la mala racha lejos de Palma, pero la permanencia va a requerir de mejorar fuera del campo de Camí dels Reis.
Echando un vistazo a lo que resta de aquí a que finalice el año natural (2019) fuera de Son Moix, el Mallorca visitará el campo del Levante el 22 de noviembre; el Camp Nou el fin de semana del 7-8 de diciembre y el fin de semana siguiente (12 o 15 de diciembre) el equipo balear rendirá visita al Celta en Balaídos.
Tres salidas de aquí al parón de año y tres salidas sin duda comprometidas por lo mucho que está en juego en el Mallorca y por las dificultades que van a plantar los rivales.
El equipo balear además falló en un aniversario siempre especial, el del partido 1.000 en Primera División. El disputado en Pucela fue el millar de encuentros que el Mallorca jugó en la máxima categoría, todo un hito para el club que desgraciadamente no pudo celebrar con un triunfo y con ningún punto en su casillero. A tan señalada fiesta se unió ayer el Valladolid. El presidente del club, Ronaldo Nazário de Lima, entregó una camiseta conmeorativa del evento al consejero delegado del Mallorca, Maheta Molango. Después durante el partido la historia no estuvo ni de lejos para celebraciones, sobre todo después del tres a cero.
El equipo llegó ayer noche a Palma y desde hoy empezará a preparar el próximo partido de Liga ante el Villarreal. Los rivales directos del Mallorca no lo tendrán tampoco fácil. El Celta visitará el Camp Nou para enfrentarse al Barcelona y el Espanyol jugará en el Wanda ante el Atlético de Madrid. El Leganés, que cierra la clasificación, tendra que rendir visita a Anoeta para jugar contra la Real. Es momento para tomar impulso y para ello se hace necesario el triunfo ante el ?submarino amarillo?.