El Real Mallorca solo pudo empatar ayer ante Osasuna en Son Moix (2-2) y continúa cerca de los lugares más tenebrosos de la clasificación. El tortuoso camino hacia la permanencia exige grandes dosis de sufrimiento y la siempre imprescindible suerte. Ayer, el Mallorca tuvo ventaja en dos ocasiones -marcaron Lago Junior y Salva Sevilla de penal-, pero acabó desaparecido, a merced de Osasuna
El Mallorca se mostró como un equipo irregular y combinó numerosos minutos de buen juego con el desastre del tramo final de partido. En todo caso, el Mallorca no se pareció en nada al once que cayó derrotado con estrépito ante el Leganés en Butarque. Exhibió intensidad y concentración durante buena parte del partido, aunque acabó desaparecido. El análisis de los noventa minutos puede servir para comprobar que el equipo no es tan malo como las derrotas sufridas fuera de casa parecen indicar. No es menos cierto que Osasuna dejó en evidencia las vergüenzas de un Mallorca, que deambuló sin rumbo en los últimos veinte minutos.
Por cierto, Vicente Moreno no hizo grandes rotaciones y se limitó a dar descanso a Sastre, que ni entró en la convocatoria, situando así a Gámez en el lateral derecho y a Lumor en la banda izquierda. El resto, los de casi siempre. En cambio, Jagoba Arrasate sí aprovechó la visita a Son Moix para ofrecer la titularidad a algunos de los futbolistas menos habituales. Ayer tuvo una nueva oportunidad Salibur, que sustituyó a Lago Junior. Trajkovski salió a falta de un cuarto de hora por Febas y Prats a nueve minutos del final entró por Dani Rodríguez. Pues bien, ninguno de los tres aportó nada de nada. El Mallorca debe convertir Son Moix en un gran fortín y, evidentemente, también es imprescindible mejorar fuera. El sufrimiento está garantizado. Amén. l