El Real Mallorca lleva casi dos semanas cogiendo carrerilla y pensando en uno de los partidos del año. Uno de esos encuentros que movilizan a toda la ciudad, que atraen las miradas de medio planeta y que nadie quiere perderse. Siete años después, regresa el Real Madrid a Palma con el maillot de líder puesto y Son Moix se prepara para disfrutar de unos de los caramelos que trajo consigo el octavo a ascenso a Primera División de la historia rojinegra. Un encuentro que no necesita aditivos, pero que llegará empaquetado de manera singular. Además de ser el número cien que dirige Vicente Moreno como entrenador bermellón, será el encuentro número quinientos que escenfica el conjunto balear ante su público en Primera División. Un estímulo más para un equipo que aspira a arrinconar otra vez a uno de los grandes de Europa y a levantar los pies del suelo.
Debut contra el Racing
El Mallorca, que en unas semanas cerrará el círculo de los mil partidos como equipo de Primera División, empezó a escribir las mejores páginas de su biografía en 1960 gracias al histórico ascenso suscrito en Vallejo el 17 de abril de ese mismo año. Esa gesta le abrió al club el portón de la máxima categoría, que estrenó en Sevilla y contra el Betis. La primera actuación de lujo ante su público se aplazó hasta la segunda jornada y se produjo una semana después, entre los muros del desaparecido Lluís Sitjar y con el Racing de Santander enfrente. El Mallorca, como en casi todos sus encuentros señalados, venció (2-1), sumó los primeros puntos del viaje y atrapó una victoria imborrable durante el curso de una jornada que pasaría a ser eterna para el club, sus protagonistas y sus seguidores.
Entre el Lluís Sitjar y Son Moix
Entre 1960 y 1999, Es Fortí acogió hasta 228 partidos de Primera División. El último de ellos el 13 de junio de 1999, en pleno desarrollo de la época dorada de la entidad. El Mallorca de Héctor Cúper se despedía de la que había sido su casa metido en una subasta por la tercera posición y liquidaba al Celta con goles de Ibagaza y Stankovic en mitad de una gran fiesta (2-0). Tras ese brillante inicio de ejercicio, en el que ganó un billete para la previa de la Liga de Campeones —se estrellaría contra el Molde noruego—, recogió los bártulos y reinició el contador en Son Moix. Su primer partido en el nuevo domicilio fue precisamente contra el Real Madrid, el 21 de agosto de 1999. Carlos Domínguez despejó el camino y aligeró la mudanza, hasta que los tantos de Morientes y Raúl, cuando el partido se apagaba, lo enfriaron todo (1-2).
De Joan Forteza a Salva Sevilla
El autor del primer gol como local del Mallorca en su camino por la Primera División también ocupa un lugar destacado en la historia del club. Lo firmaría Joan Forteza con un cabezazo a los siete minutos en ese encuentro contra el Racing que marcaría el inicio de todo. Era el primero de los 735 que ha rubricado hasta el momento el conjunto bermellón ante los ojos de su afición. Al último de la lista, al menos hasta el sábado, le puso su firma de Salva Sevilla, que tras golear como bermellón en Segunda B y Segunda todavía no se había estrenado como artillero sobre la azotea.
Un alto número de triunfos
Los 499 encuentros que suma el Mallorca como anfitrión en la máxima categoría se reparten en 235 victorias (47.09%), 139 empates (27.85%) y 125 derrotas (25.05%). Ha encajado 534 goles en contra, su mayor racha de victorias seguidas en una misma campaña es de diez (2009-10). Su mayor victoria la redactó a costa del Recreativo (7-0, 2007-08) y su mayor derrota la sufrió contra el Valencia (0-5, 2003-04).