El Mallorca busca este lunes en Riazor (21:00 horas, Gol TV) una victoria que le permita atar el playoff y asistir a este final de temporada con el reto de mejorar posición, pero sin ver peligrar su lugar en el vagón de cabeza. Incluso el empate le brinda la posibilidad de sellar la zona de promoción aprovechando la derrota del Oviedo este domingo en Tenerife. Hay mucho en juego ante un Deportivo sin margen de error y que tiene la necesidad de ganar precisamente para seguir alimentando el sueño del ascenso a través del cara o cruz de la promoción.
Se presenta por lo tanto un partido muy complicado, difícil de afrontar por la calidad del rival y por la ansiedad que con el paso de las jornadas se va acrecentando precisamente porque todos los objetivos se juegan prácticamente a una carta. Sin embargo, el Mallorca suele moverse con relativa firmeza en partidos de máxima exigencia. Lo hizo en Las Palmas, también en Málaga y en ambos casos ganó. Son dos estadios que eran de Primera el curso pasado y donde el once de Vicente Moreno consiguió ganar. Ahora quiere hacer lo mismo en el histórico campo de Riazor y es lo que va a intentar hacer el once de Moreno. Llega con todo el Mallorca a Galicia porque la semana ha transcurrido sin sobresaltos y el técnico puede disponer de todos sus hombres para intentar el asalto al histórico recinto coruñés. El equipo balear arranca el choque desde la quinta posición en la tabla con 67 puntos y aspira a conquistar en La Coruña su quinta victoria como visitante, tras los triunfos en Majadahonda, Reus y los mencionados en Gran Canaria Las Palmas y la Rosaleda.
Jugar lejos de la isla, precisamente, ha sido la cruz de los bermellones esta temporada, aunque la realidad indica que a todos los equipos lejos de sus domicilios les ha costado mucho puntuar. Moreno ha logrado con el paso de los partidos que su equipo haga las cosas muy bien durante muchos minutos. Es un equipo sólido en defensa y con claridad de ideas en ataque. Otra cosa es el acierto delante. Llegar llega, pero necesita hacerlo en bastantes ocasiones para conseguir marcar. Pero en general el equipo es fiable, muy fiable, y hoy es un buen escenario para calibrar ese nivel de confianza y seguridad. El Deportivo, tras la derrota ante el Lugo (1-0) en el derbi gallego, está obligado a ganar en una auténtica final para los locales. Seis puntos separan a ambos equipos a falta de nueve por disputarse y en juego estará el triunfo y la diferencia de goles particular tras el 1-0 del partido de ida a favor de los bermellones.
Ganar es lo único que le sirve al equipo de Pep Luis Martí, que puede ponerse a un triunfo de los mallorquines para tener más opciones de poder acabar la fase regular entre los seis primeros.
El técnico del Deportivo, consciente de que es un encuentro decisivo, ha citado a todos sus jugadores y tendrá que hacer siete descartes antes del partido, entre ellos el lesionado Krohn-Dehli.