El Mallorca encogió en Gijón, donde no le bastó igualar el nivel de intensidad que ofreció su adversario para meter algo en la mochila (1-0). A la escuadra balear le sobraron concesiones y se le echaron en falta argumentos con el balón para detener la rehabilitación del Sporting, que con el cambio de entrenador —José Alberto por Baraja— ha disparado su producción de puntos (10 sobre 12).
Con Manolo Reina otra vez bajo los palos; Martin Valjent en el banquillo y Joan Sastre de nuevo en el flanco izquierdo de la zaga, el Mallorca sangró desde el principio por las alas. Carmona y Robin Lod —también Traver— fueron un problema insoluble para el equipo de Moreno, que se pasó gran parte del primer acto achicando agua. De hecho, el equilibrio que rezumaba el marcador al descanso (0-0) resultaba frustrante para el cuadro local y una bendición para el Mallorca, incapaz de lanzar ni una sola vez a puerta.
Un error de Sastre en su área precipitó los acontecimientos. El Spoting se avanzaba y la respuesta de su adversario resultó intermitente. Vicente Moreno apostó primero por intentar arreglar el asunto de las bandas —mandó a Sastre a la derecha y a Estupiñán a la izquierda—, pero el guión siguió siendo el mismo. Con el agua al cuello, el Mallorca decidió tocar a degüello, pero su asedio acabó siendo incompleto...