Se acabaron las pruebas y empieza la hora de la verdad. El Mallorca entra de nuevo en el universo profesional examinándose ante otro clásico de Primera como Osasuna y que enfrenta circunstancialmente a ambos equipos en la categoría de plata. Este domingo, desde las 19.00 horas, el proyecto de Moreno, Maheta y Recio se examina en un partido de altura y lo hace entre la ilusión y el entusiasmo de la grada, pero también entre la incertidumbre por cómo puede responder el equipo en su regreso al segundo escalón futbolístico español.
La pretemporada ha servido para calibrar virtudes y defectos, pero el escaparate de un puñado de partidos amistosos no es espejo suficiente para saber cómo puede afrontar el equipo rojillo un partido ante un rival maduro en Segunda y con un claro objetivo de luchar por el ascenso.
Deportivamente Vicente Moreno no podrá contar con Joan Sastre, lesionado en la gira malagueña y que continúa en el dique seco, mientras que Dani Rodríguez, que ha arrastrado problemas musculares, todo indica que podrá llegar al encuentro de esta tarde. Como no podía ser de otra manera —forma parte de la cultura de Maheta y Recio— se llega a esta primera jornada de Liga con tres laterales izquierdos. Las costumbres están para cumplirse. También con el eje de la defensa bajo de efectivos y con un nueve como Abdón que o mucho cambian las cosas o será el nueve de referencia de Moreno, le guste o no al entrenador y le guste o no al club. El de Artà ha respondido con goles en la pretemporada y por ahora, al menos por ahora, el Mallorca no ha podido encontrar en el mercado ningún complemento a Castro, Alex López y al propio Abdón.
Donde no debe tener problemas Vicente Moreno es en la zona ancha del campo. En esa parcela hay un elevado número de pivotes, medios pivotes, unos defensivos, otros no tanto, extremos, alas, bandas, interiores…será por jugadores.
Fuera de la lista, además de Sastre, también está Sergio Buenacasa, con fractura del quinto metatarsiano. Pero aún así, hay gente suficiente como para que el técnico tenga ese problema, unas veces agradable y otras no tanto, de tener que dejar a unos en el banquillo y a otros con un palmo de narices en la grada. Y es que si algo hay en este equipo son futbolistas. Ha llegado a haber más de 30 y el número se ha reducido, pero no en la medida que todavía le gustaría al entrenador. Hasta el 31 de este mes hay tiempo, pero hoy empieza la Liga y los puntos que hay en juego no se devuelven por el simple hecho de no tener la plantilla lista.
El partido de este domingo es un primer examen y ya se sabe lo mucho que supone empezar bien. La temporada pasada es un claro ejemplo del rédito que se puede sacar si en el arranque de campaña el equipo saca puntos y gana. Eso sí, el rival no es el Peralada, es Osasuna y la diferencia es abismal. Ahora es fútbol profesional cien por cien.