El Mallorca rebobinará este jueves su disco duro para repasar las imágenes más lustrosos de su centenaria historia. Durante este 28-J se cumplen quince años, tres lustros, de la conquista más preciada en la historia de la SAD balear. Aquel 28-J de 2003, el estadio Martínez Valero de Elche albergó el éxito más notable del club bermellón.
Después de dos finales perdidas -1991 ante el Atlético de Madrid en la prórroga y 1998 frente al Barça en los penalties-, por fin pudo alcanzar la cumbre de su historia e inscribir su nombre en el palmarés de la Copa del Rey, el título que preside sus vitrinas. Aplastó al Recreativo de Huelva en una final monopolizada por Samuel Etoo y tocó el cielo (3-0).
El grupo balear, dirigido por Gregorio Manzano, tragó saliva en las primeras rondas -pasó la segunda en la tanda de penalties- dejó en el camino a los finalistas de la campaña anterior (Real Madrid y Deportivo) y descargó todo su arsenal en la final. La cita quedó fijada para el 28 de junio en el Martínez Valero de Elche. La afición rojilla se movilizó. Cerca de 12.000 aficionados bermellones se desplazaron hasta tierras ilicitanas para vivir en primera persona una cita histórica.
Samuel Etoo, el alma de aquel equipo, invitó a los seguidores a una paella para degustar las horas previas a la final. Precisamente el camerunés monopolizó todos los focos dos días antes de la cita. Su compañero Marc Vivian Foé falleció en plena semifinal de la Copa Confederaciones, que la selección camerunesa estaba disputando en Francia. La escena de Gregorio Manzano comunicándole la noticia a Etoo es una de las imágenes de las vísperas. Samu se aisló. Sabía que una porción notable del éxito del Mallorca dependíe de él. Y no defraudó el internacional camerunés, que desplegó su mejor versión para abrir la puerta de la historia.
Manzano apostó de su once de gala. Con Leo Franco, Cortés, Nadal, Niño, Poli; Lozano; Novo, Ibagaza, Riera, Pandiani y Etoo. En el Recreativo de Lucas Alcaraz jugaron Luque; Merino, Alex, Loren, Pernía; Javi García, Viqueira; Camacho, Benítez, Bermejo y Raúl Molina.
En la final, como se esperaba, el Mallorca salió con los galones, aunque los onubenses soltaron alguna contra con peligro. A los veinte minutos, Loren agarró a Etoo dentro del área y Pandiani no perdonó desde los once metros. Antes del descanso, al manacorí Xisco Muñoz -acababa de entrar por Bermejo- le anularon un gol por una falta sobre Poli. Tras el descanso, Etoo se encargó de espantar los fantasmas con dos goles en apenas doce minutos (73 y 85) que liquidaron la final y le encumbraron en la historia del mallorquinismo. Miquel Angel Nadal alzó el trofeo al cielo alicantino ante el júbilo del mallorquinismo, que festejó el título más importante desde su fundación.
Ya han pasado quince años. Tres lustros de aquella conquista que el Mallorca recordará alejado de los focos y asomando la cabeza después de desfilar una temporada por Segunda División B...