El Mallorca tiene otros noventa minutos para quitarse un peso de encima. Un partido marcado por un sello especial que le ayudaría a cerrar el primer círculo de la temporada, aquel que empezó a trazar a mediados de agosto en Peralada y que lleva nueve meses agrandando, casi siempre unos pasos por delante del resto. Un desajuste colectivo le impidió abrocharlo hace siete días, en Sabadell, y le obliga a hacer un nuevo esfuerzo este mediodía, con su afición empujando y el Badalona como auditor.
Un punto permitiría a los de Vicente Moreno asegurarse el campeonato y disfrutar de una jornada vacía —visitaría la semana que viene al Deportivo Aragón con todo el trabajo hecho— antes de entrar en la espiral del playoff que decidirá su futuro (Son Moix, 12.00 horas).