Veinte años después, a tres testigos directos de aquella final de Mestalla todavía se le humedecen los ojos cuando le recuerdan el 29 de abril de 1998. Eduardo Basigalup, Iván Campo y Paco Soler acuden a la invitación de Ultima Hora con una mezcla de nostalgia y orgullo. Con el paso de los años valoran más la hazaña conseguida por un Mallorca que conquistó el corazón del Planeta Fútbol por el pundonor de aquella noche de Valencia.
?¿Qué recuerdan de la final de Mestalla?
?Paco Soler: Después del ascenso de Vallecas, que fue lo mejor, está por delante a nivel emocional que el oro olímpico. A pesar de la derrota, la cita de Mestalla está por encima de finales ganadas por cómo se produjo, por el rival y por los años que vivimos aquella generación. Además, si hoy nos apostamos la final a un penalti de Stankovic, todos decimos que sí. Por desgracia ese día pasó lo que nadie esperaba. Al día siguiente estábamos más frustrados porque todo el mundo te felicitaba, pero habías perdido. Nos expulsaron a dos jugadores sin hacer nada. Son de esos partidos que te enriquecen.
?Eduardo Basigalup: El modo de perder, de cómo perdimos, nos dejó con la impotencia de haberlo tenido entre las manos, tan cerca? Significó la reafirmación de un proyecto iniciado unos años antes. Nosotros no lo conocíamos, pero se afianzó con esa final. Terminó de recuperar esa dignidad del club y mostró que era posible continuar con una imagen sólida. Encima expulsan a Quique (por Romero) que había jugado todos los minutos de la Liga sin ver ni una cartulina... Y en la prórroga, con dos menos, Amato y Stankovic estaban tocados para aportar más a la épica. Después te aportan mucho este tipo de partidos.
?Iván Campo: Yo venía de Valencia siendo muy joven y era mi primera final. A nivel emocional ha sido quizás la frustración de haber jugado una final y perderla. En el vestuario había una energía especial, una comunicación con el cuerpo técnico sensacional y todo lo que se hizo se quedó sin esa Copa para frustrar a la gente. Perder por 4-0 es una cosa, pero perder como perdimos generó una gran frustración. Al final no trajimos el trofeo y eso en una final es lo que cuenta.
?¿Qué recuerdan del espíritu que rodeaba al equipo en el 98?
?P.S: Coincidieron muchas cosas que quizás queriendo no salen tan bien. Un grupo humano muy bueno, una comunión impresionante entre directiva, cuerpo técnico y jugadores y una ciudad que quería ver algo diferente después de aquella final de 1991 que no tuvo continuidad. Pusimos unos cimientos muy sólidos al proyecto posterior de 16 temporadas seguidas en Primera División. Ahora, tal vez, se echa en falta el compromiso personal y no solo en el fútbol sino incluso en la vida. Ahí lo importante era el Mallorca y todo el mundo remaba por el bien del equipo.
?E.B: Te queda el conocimiento de que fue una final mucho más que digna. Ese año se dieron una conjunción de cosas y hablo de ámbito futbolístico, con las dificultades que atrae cada temporada. Esta se dio bien porque nos encontramos un grupo de futbolistas fantásticos, con un nivel alto, con mucha predisposición y buenas personas.
?I.C: Incluso en las cenas del jueves hablabas del partido y el viernes llegábamos antes de empezar el entrenamiento y hacíamos nuestro rondo sin esperar al cuerpo técnico. La esencia del fútbol se ha perdido y eso ya no se da. Íbamos a correr lo que nos dijeran y a hacer lo que nos ordenaran. Sin ningún tipo de excusas ni de protestas. Sabíamos que estábamos preparados y al rival que nos tocara el fin de semana le íbamos a ganar. Teníamos ese convencimiento.
?¿Fue un equipo ganador por naturaleza?
?P.S: Nunca fuimos derrotados a ningún sitio porque sabíamos que haciendo las cosas como las sabíamos hacer, iba a ser muy difícil que nos ganaran. En cuanto a lo que decía antes Eduardo, el fútbol era nuestra pasión. No había tantos móviles, tantas tecnologías y hablabas del fútbol minuto a minuto. Solo hacías referencia al partido, al rival... no sé si era mejor o peor (era mejor según Basigalup)
?E.B: Se dieron una serie de circunstancias y también hablo de calidad mental, era gente que le gustaba el fútbol? es increíble pero hoy es raro encontrarte con futbolistas o con gente profesional que le guste el fútbol. Les gusta lo que les da el fútbol, pero antes eran apasionados de este deporte.
?I.C: La idea que nos inculcó Héctor es que podíamos ganar a cualquiera y los rivales lo sabían. Tal y como se dio el partido estábamos ahí. Después de las dos expulsiones, en la prórroga jugué de lateral izquierdo y eso me hizo ir al Mundial. Incluso en los penaltis había gente que era muy buena. Estaba también el Lechuga, toda una garantía para nosotros desde los once metros.
?¿Qué recuerdan de la tanda de penaltis?
?P.S. Me impresionó cuando tiré el penalti ver la grada del Barça. A medida que me acercaba al balón, la portería se hacía pequeña. Se me hicieron eternos esos instantes desde que caminé del centro el campo hasta el golpeo del balón. Tenía claro por dónde tirar, pero cambié 33 veces y al final tiras a media altura? es difícil explicar qué siente uno en estos momentos. No oyes nada, es todo confusión y ver la portería que se hace chica y el portero que crece. Al llegar los penaltis, tenemos un 80 por ciento de posibilidades de ganar, un poco por todo, tu sabías quien podía tirar. Volviendo al inicio, te juegas una final de Copa al penalti de Stanko y te juegas el brazo porque no fallaba. El ruido de la chapa de publicidad no lo olvidaré. El tenía seguridad en ese golpeo y se le fue por nada...
?E.B. Cuando hacemos la lista previa Stankovic no entra porque estaba roto, pero aún así él quiso tirarlo. Si estaba mal le dije te le dejamos para una segunda fase. Cuando hicimos la lista le iba preguntando yo a cada jugador. Yo estaba con dudas porque estaba cojo y él me dijo que sí, que lo tiraba. Ahora seguimos haciendo fuerza pero no entra, da la sensación de que va de cada vez más cerca del poste.
?I.C. Stanko era el mejor, él Vicente, Gabi?cuando el gol de Stankovic se va por ahí dije malo... Yo tiré a la izquierda abajo y me dijo el portero gracias. Ahí tu vas en tu mundo coges el balón? hay gente como Mendieta que sabía qué hacer y esperaba hasta el final, como Stankovic. Yo en los entrenos los metía, pero después ahí en ese escenario?no es lo mismo.
?¿Qué sintieron cuándo llegaron a Palma?
?P.S. Llegar a Palma y ver a la gente me llenó de orgullo. Nos sentimos orgullosos. Personalmente algo cabreado porque jugué dos finales y no la gané y pensé que ya no tendría oportunidad de ganar otra final de Copa. Luego el equipo cambió algunos futbolistas pero los nuevos se integraron y el grupo mantuvo el hambre.
?E.B. La tranquilidad es que sabemos que lo hicimos todo y no se pudo dar. El público fue increíble.
?I.C. La satisfacción que había, los problemas que hubo para trasladarse; los esfuerzos... La afición llegó tarde y estábamos satisfechos de lo que habíamos hecho. Era una satisfacción tremenda. La tristeza también estaba porque al final perdimos.