Francisco Soto Mora (Palma, 1946) es un histórico aficionado del Real Mallorca vinculado estos últimos años a la Peña Mallorquinista de Aviación. Su dos pasiones han sido su familia y su Mallorca. Junto a su esposa Juana Mari ha seguido al equipo bermellón por España y por Europa. En su juventud jugó con el filial, pero antes incluso siendo niño ya cruzaba media Palma para ir al Sitjar y ver al Mallorca.
Su pasión ha ido más allá del encuentro del domingo y año a año y partido a partido fue recortando páginas de periódicos, almacenando recuerdos y cuando encontró tiempo empezó a vestir las paredes de su galería para convertirla en un templo. En su templo mallorquinista. Entrar en el rincón de Paco es entrar en el túnel del tiempo y revivir los mejores años del Mallorca. Paco además es amigo personal de Héctor Cúper, Juan Manuel Alfano, Gustavo Siviero, Carlos Roa y de la mayoría de jugadores que formaron esa quinta inolvidable.
Paco habla con nostalgia de ese Mallorca, de las finales a las que acudió. Disfrutó como lo hicieron muchos mallorquinistas de unos años en los que la afición, el club y el vestuario eran todo uno. Ese sentimiento está reflejado en sus paredes: Camisetas de muchísimos futbolistas, fotografías firmadas por entrenadores y jugadores; un albun de la Champions, prendas de diferentes épocas y equipos, imágenes de infinidad de campos de fútbol y ciudades; bufandas, su asiento del Sitjar; la mano gigante con la que iba contando las finales en cada dedo, el balón con el que jugó el Mallorca la Supercopa del 98 en el Sitjar... Es un rincón hoy por hoy poco recomendable para mallorquinistas de lágrima fácil.
Es difícil no emocionarse cuando cruzas el umbral de su museo. Cúper es posiblemente la figura más repetida en las paredes de Paco, que no puede evitar que aparezca la nostalgia cuando recuerda todo lo vivido en la época moderna al encadenarse 16 años consecutivos en Primera. Tiene también una imagen aérea del Lluís Sitjar cuando el Mallorca jugó contra el Valencia el 31 de agosto de 1997. El campo de Es Fortí está muy presente en el museo de Paco, como está muy presente en los corazones de los mallorquinistas. Cuando se habla del Mallorca, sin duda cualquier tiempo pasado fue mejor y queda bien reflejado en la colección privada de Paco Soto. Su tesoro tiene un valor incalculable, sencillamente porque no se puede poner precio a los recuerdos.