Con un hombre menos durante 50 minutos, con un colegiado empeñado en poner trabajas y con un Reina inconmesurable bajo palos, el Mallorca ha sumado un buen punto (0-0) en su visita a Llagostera, en un partido marcado por la cantidad de amonestaciones que han visto los bermellones.
Ya había avisado Vicente Moreno el viernes de la dificultad del encuentro de hoy, pero seguro que dentro de todo lo complicado que podía ser no entraba en sus planes la actuación del colegiado. Vaya por delante que ha sido uno de los peores partidos de la temporada de los bermellones, pero es que el trencilla ha puesto, más si cabe, muy complicado el encuentro para los baleares.
Desde el inicio del partido se ha visto que no iba a ser un día normal. Muy pronto llegaron las faltas a destiempo, los piques entre futbolistas y los nervios. El uruguayo Facu Guichón, el típico canchero, se ha encargado de llevar buena parte las acometidas ofensivas de los catalanes y también protagonizar los encontronazos con los jugadores del Mallorca.
Pronto, muy pronto, estuvo a punto de abrir el marcador el Llagostera, pero Joan Sastre estuvo listo y sacó bajo palos un remate de los locales. Era un serio aviso de que lo de este mediodía no iba a ser nada sencillo, por si alguien tenía dudas.
La primera aproximación con cierto peligro del Mallorca llegó en el 19, cuando Aridai, otro partido más de lo mejor de los rojillos, centró un balón al área que no encontró rematador. El esférico se paseó por el área pequeña sin encontrar una bota balear.
El recital de tarjetas del colegiado, uno de los protagonistas del partido, empezó en el 16. Raíllo vio la amarilla por saltar y golpear, según el trencilla, a un rival. Casi ni tocó al jugador del Llagostera. Tras la del central cordobés llegaron las de Sastre, Xisco Campos, Álvaro Bustos, Salva Sevilla y el técnico Vicente Moreno. Pero el 'premio gordo' estaba reservado para Álex López, que fue expulsado en el minuto 40 por agredir a Guichón después de un córner. Roja directa merecida para el catalán, que dejaba de manera incompresible con un hombre menos a su equipo.
El segundo acto estuvo marcado por las ganas de sobrevivir del Mallorca. Sabedor de lo que podía sufrir si el Llagostera metía una marcha más, los de Moreno daban bueno el punto desde casi el inicio de los segundos 45 minutos.
Los catalanes llevaban, como era de esperar, la manija del partido y suyas fueran las ocasiones, aunque siempre se topaban con Reina, muy atento siempre para desbaratar los intentos locales por sumar los tres puntos. Vicente Moreno movió el banquillo en busca de mayor consistencia atrás y los cambios le salieron bien. El Llagostera solo tuvo ocasiones claras en el último cuarto de hora pero allí estaba el portero de Villanueva del Trabuco.