Maheta Molango, Javi Recio y Juanma Pons, el nuevo director de fútbol base del Mallorca, han empezado a imprimir su nuevo sello en Son Bibiloni, circunstancia que va a propiciar esta semana que se produzcan varias dimisiones de técnicos que durante estos años el propio club ha ido formando y que ahora, con esta nueva administración, tienen previsto abandonar la entidad. El motivo no es otro que estar en desacuerdo con las nuevas ideas que trata implantar Juanma Pons y que no son coincidentes con la labor que hasta ahora han desarrollado técnicos y coordinadores de la cantera del Mallorca.
El primero Santi Miralles, uno de los entrenadores de nuevo cuño con mejor cartel en la Ciudad Deportiva y con un brillante futuro por delante, es el primero que ha decidido abandonar pese a su vinculación casi ya histórica con el fútbol base del Mallorca. Santi ha trabajado como seleccionador balear, ha dirigido también al San Francisco división de Honor y en el Mallorca además de entrenar al Juvenil A, también ha sido un hombre de club cuando ha sido requerido para auxiliar tanto al filial como al primer equipo.
Sin embargo, ahora las cosas están cambiando y mucho en Son Bibiloni y la marcha de Miralles será previsiblemente la primera de varias que pueden irse produciendo durante esto días. El coordinador de metodología, Damià Estelrich, también medita abandonar y resta por conocer qué harán los otros dos entrenadores de los equipos juveniles como son Gaspar Sastre y Carlos Muñoz, técnicos del Liga Nacional y San Francisco respectivamente.
La marcha de Carlos Sureda la primera semana de agostó fue el primer detonante de que algo iba a cambiar en el fútbol formativo del Mallorca. El club prescindía de uno de sus más firmes activos en la Ciudad Deportiva dejando marchar a Sureda, que también fue en su momento una apuesta del Mallorca para organizar Son Bibiloni y que con el paso de los años había logrado dirigir con acierto el trabajo en la Ciudad Deportiva.
Su adiós significó la llegada de un amigo de Javi Recio, Juanma Pons, lo que permitió a Molango y al propio Recio cerrar el círculo organizativo y tener manos libres para rediseñar el fútbol base y reestructurar el trabajo que hasta ahora se había llevado a cabo.
Precisamente esta reestructuración y la nueva hoja de ruta es lo que no gusta a un elevado puñado de entrenadores que esta semana tienen que tomar una decisión de entre dos: o dimitir y expresar su disconformidad con la nueva administración o continuar y adaptarse a un plan con el que no están de acuerdo.
El paso que ha dado Miralles de dimitir puede ser un ejemplo para muchos otros de sus compañeros que puede seguir su mismo camino y decir adiós a un club donde han trabajado estos últimos años.
Sea como sea y de la forma en que se ataje esta crisis, lo cierto es que Maheta y Recio han abierto un nuevo incendio en el club y ahora su foco se ha centrado en el fútbol base y en la ciudad deportiva Antonio Asensio.