Monti Galmés anunció este lunes su dimisión como presidente del Real Mallorca. Se va después de casi un año ocupando el cargo y abandona Son Moix tras acceder al consejo de administración en enero de 2015, momento en que entró en la institución por mediación de Utz Claassen, que le nombró vicepresidente.
Galmés deja solo a Maheta Molango en lo que es posiblemente la segunda mejor noticia para el consejero delegado del club, después de que la propiedad le ratificara en su cargo y decidiera no prescindir de él tras el fracaso del descenso a Segunda B. Monti dijo que se va «por motivos personales» y lo hace tras comprobar el apoyo de la propiedad a Maheta Molango.
El presidente explicó que tras dos años y medio se va «por motivos personales» y «triste» porque nunca es fácil «dejar el Mallorca». Monti fue interrogado por su papel como persona que tenía acceso a la propiedad y que podía dar una clara visión de la realidad, es decir, trasladar la crispación de la grada con el consejero delegado. Galmés fue claro: «Hice lo que tenía que hacer y creo que he hecho lo correcto», sentenció el expresidente. «La propiedad ha tomado la mejor decisión posible y espero que les vaya muy bien a ellos como inversores, como a las personas que quedan trabajando aquí. Como es lógico hay confianza en Maheta Molango porque de lo contrario habría habido un cambio», apuntó Monti Galmés.
El nuevo entrenador mallorquinista «tiene una sólida y exitosa trayectoria y conocimiento tanto de la Segunda B como de la segunda A», señala el Mallorca en un comunicado.
El club balear también ha informado de que ha aceptado la renuncia de Monti Galmés, hasta ahora presidente del consejo de administración, y confirma que seguirán al frente del club el consejero delegado Maheta Molango y el director deportivo Javier Recio.
El comunicado recoge declaraciones de los propietarios del Mallorca, Robert Sarver, dueño de los Poenix Suns de la NBA, y sus socios, Steve Nash Y Andy Kolhberg en los que todos ellos se comprometen «a devolver al club al lugar que le corresponde» tras el «duro golpe» que ha supuesto el descenso a Segunda B.
«La situación actual también nos da la oportunidad de reconstruir nuestro club con unos fundamentos y bases más sólidas y fuertes y, por lo tanto, afrontamos el futuro con entusiasmo y la confianza en nuestra capacidad para cumplir con lo que esperan nuestros aficionados», señala Sarver, según el comunicado.