La plantilla de Real Mallorca ha llegado este lunes al mediodía al aeropuerto de Palma, tras consumarse su descenso a Segunda División B este domingo con un empate (2-2) en Miranda de Ebro. Ningún aficionado se ha trasladado al aeródromo para recibir a los jugadores ni al equipo técnico, que han llegado en silencio, cabizbajos y visiblemente serios, bajo la incesante lluvia que nos acompaña durante toda la jornada.
Primero ha salido apresuradamente el cuerpo técnico y poco después se ha iniciado el goteo de jugadores que iban caminando pausadamente, dirigiéndose hacia el autobús del equipo que les esperaba estacionado en el exterior de la zona de llegadas de Son Sant Joan. Ninguno de ellos se ha dirigido a los medios allí concentrados, sí el presidente, Monti Galmés, quien ha pedido «disculpas a tanta gente que ha tenido las ilusiones puestas en al menos mantener la categoría, pero no ha sido posible. Así que perdón a todos». Tras atender a los medios, Galmés se ha marchado del aeropuerto en su propio vehículo.