Como todo buen protagonista de una película de terror, el Mallorca va a tener otra oportunidad para mantenerse en pantalla. Tras toda una temporada en la oscuridad y varios meses de caída libre, el milagro de la permanencia es posible. La Liga, que arde por casi todos los rincones, le ha concedido al equipo balear la posibilidad de seguir peleando por una supervivencia que hasta hace solo un par de semanas parecía una quimera. La victoria ante el filial del Sevilla paró la hemorragia y le ofrece ahora un pequeño resquicio al conjunto de Sergi Barjuan, que regresará a la primera línea del frente si es capaz de volver a dar dos pasos iguales. Todo pasa por ganar hoy al Elche y por redondear la jornada más trascendental que recuerda Son Moix. De lo contrario, la llama volverá a apagarse. Esta vez para siempre (LaLiga 123 TV, 16.00 horas).
Los tres puntos que recogió el Mallorca del suelo del Pizjuán lo han cambiado todo. De arriba a abajo. El ánimo de la plantilla, el aspecto de la clasificación e incluso la perspectiva del aficionado, que se ha reenganchado a la causa y que hoy, casi con toda seguridad, acudirá en oleada al Camí dels Reis. El reparto de invitaciones entre los abonados ha funcionado mejor que nunca gracias a esa nueva tendencia que espera seguir el equipo y la hinchada le tenderá la mano a un grupo de futbolistas que tras los dos últimos partidos en casa salió del estadio entre reproches y abucheos. Todo por seguir viviendo. Lo que sea por avanzar hacia la salida del laberinto, que en el mejor de los casos podría quedar a tres puntos de distancia cuando hace quince días estaba a ocho.
En principio, Sergi Barjuan no debería modificar una sola línea del plan de asalto que trazó de camino a Sevilla. De hecho, ha calcado la lista de convocados y ha dejado en la grada a los mismos de la semana pasada: Raíllo, Salomao, Company, Saúl, Juan Rodríguez y Dalmau. Lo más normal es que el técnico catalán, que empieza a moldear el grupo a su gusto, fotocopie también el once titular, con Yuste y Pleguezuelo asentados en el eje de la defensa, con Culio y Vallejo apostados en el doble pivote y con Moutinho ejerciendo como francotirador entre líneas. No le quedan muchas más opciones al técnico, que debe procurar a toda costa que el Mallorca haga algo que no consiguieron ni Vázquez ni Olaizola: enlazar dos victorias de manera consecutiva.
El Elche, mientras tanto, llega a Palma en plena decadencia, con muchas bajas y un nuevo entrenador, Vicente Parras, al frente del equipo en lugar de Toril. Lleva tres semanas estancado en los 42 puntos y si no da el golpe en Son Moix se convertirá en otro de los principales candidatos al descenso.