El mes de noviembre está transformando al Mallorca en un equipo de segundas partes. Como mínimo, está reforzando una tendencia que se ha venido repitiendo con una frecuencia muy habitual desde que echó a andar la temporada. En las cinco últimas jornadas, en las que no ha doblado la rodilla, el equipo de Fernando Vázquez ha aprovechado el descanso para reciclarse y para corregir el rumbo erróneo con el que inicia últimamente sus encuentros.
Ahí, en el segundo y definitivo asalto de sus compromisos, le ha echado el lazo a los nueve últimos puntos que ha recolectado y ha reforzado las vigas de su decálogo, especialmente en ataque. De hecho, ha marcado tres cuartas partes de los goles que amontona desde agosto en los segundos tiempos, su oasis mejor acondicionado.
Ante el Sevilla Atlético el Mallorca recuperó, con ciertos matices, un guión que se le está haciendo familiar. Quiso dominar de salida al filial hispalense y su puesta en escena mejoró a la del día del Zaragoza, pero el resultado fue más o menos el mismo.
El despertar tardío del Mallorca en sus compromisos, al menos en lo que a los resultados se refiere, se ha revelado en este sector más reciente del calendario pero lleva tiempo reflejándose en el apartado goleador. El ejército de Vázquez ha rubricado 16 tantos en 15 jornadas y 11 de ellos han llegado entre los minutos 46 y 90.