Cort está dispuesto a colaborar con el Mallorca en sus planes con respecto al estadio de Son Moix, pero siempre «dentro del marco de la legalidad establecida».
El Ajuntament de Palma, a través de su responsable de Model de Ciutat, Urbanisme i Habitatge, Antoni Noguera, advirtió este viernes al club bermellón de que aunque tiene el visto bueno del Consejo Superior de Deportes (CSD) para el cambio de recalificación urbanística del estadio, necesita los permisos que «autoricen cualquier modificación sustancial del campo en relación al proyecto inicial y el convenio vigente».
En la SAD balear, por su parte, está convencidos de que a partir de la semana que viene lo tendrán todo atado para poder seguir adelante en su idea de girar noventa grados el terreno de juego y modificar la fisonomía de la instalación.
La idea del Mallorca ha levantado una inmensa polvoreda. Entre su masa social y el resto de ciudadanos de Palma. El club pretende responder con firmeza a una de las mayores reivindaciones de su afición durante los tres últimos lustros y su proyecto de reforma del estadio no ha dejado indiferente a casi nadie. Y mientras el tema colapsaba las redes sociales y monopolizaba debates, el Ajuntament salió al paso para recordar que pese a la buena sintonía que existe actualmente entre el consistorio y el club, no será tan fácil llevar los cambios a la práctica. Al menos con tanta rapidez como pretende Utz Claassen.