La cuenta atrás para la retirada de las pistas de atletismo del estadio de Son Moix entra en una fase clave. El lunes van a empezar la obras para girar el campo 90 grados si Cort da la autorización definitiva, que está a falta del visto bueno técnico, un documento que el club confía en que llegue a las oficinas el próximo lunes.
Utz Claassen, presidente y máximo accionista del Mallorca, ha intensificado esta semana las conversaciones con el alcalde José Hila y con el responsble de Urbanisme, Antoni Noguera y ambos ven con buenos ojos que el proyecto pueda llevarse a cabo de forma inmediata. En función del pacto que contempla la cesión de los terrenos del Sitjar a Cort y que está pendiente de la negociación final, el club ha pedido avanzar en la puesta en marcha de su proyecto de estadio y por este motivo ya se ha adelantado en el tiempo y la maquinaria pesada para empezar los trabajos están ya en el estadio. Hay muy poco margen hasta que dé inicio la Liga el día 23 de agosto. Y además el Mallorca se hace a la idea de que este año no podrá celebrar el ciudad de Palma.
El plan inicial pasa por instalar junto a las líneas de banda de ambos lados dos nuevas tribunas con una capacidad de 2.900 espectadores cada una de ellas. Entre la cercanía de los nuevos fondos —ahora tribuna cubierta y de sol— y las dos nuevas gradas, el césped quedará pegado a los primeros asientos dando sensación de mayor presión y de esta forma que el equipo esté mucho más arropado que ahora.
El club ha estudiado la nueva dirección del campo y cómo influirá el sol. Según sus conclusiones no existirá problema alguno porque en las horas habituales de fútbol, la tribuna cubierta hace de parasol.