El consejo de administración del Real Mallorca tiene previsto nombrar este miércoles uno o dos apoderados para controlar la gestión del club y disponer a su vez de poderes con el fin de agilizar el día a día y tratar, por ejemplo, de que el pago de nóminas y otras tareas de carácter administrativo puedan llevarse a cabo sin la necesidad de convocar en cada ocasión al órgano de poder del club.
Esta situación va a servir para oficializar la alianza entre Gabriel Cerdà y Utz Claassen, una unión que ya quedó reflejada en la última reunión del consejo cuando salió adelante la ampliación de capital de dos millones de euros, una propuesta realizada por el consejero alemán y que contó con el OK de Cerdà y posteriormente también con el beneplácito de Serra Ferrer.
El sitema de apoderados se llevó a cabo inicialmente con Serra y Cerdà. Posteriormente, cuando se rompió el pacto entre ambos y tras un periodo de incertidumbre, Claassen dio su apoyo a Serra y fueron nombrados apoderados Michael Blum y Tolo Martorell. Ahora este nuevo sistema volverá a implantarse hasta que pueda resolverse la venta del club o uno de los actuales accionistas pueda ostentar la mayoría.
Este punto se tratará en la segunda reunión del consejo, donde también se analizará la situación deportiva y las decisiones que pueden tomarse.