Sacudido por otra derrota y dolido por lo que observa a su alrededor, Dudu Aouate se puso ayer ante los micrófonos para exponer su versión del culebrón de la compraventa y, de paso, arremeter contra Gabriel Cerdà y enviar mensajes envenenados al resto de consejeros, así como a un sector de la prensa. Además, el hebreo se mostró tajante con respecto a los plazos de la operación: «Si esta semana no se hace, ya no se hará».
«Explicaré bien, con hechos y no con palabras, lo que está pasando. Sé que la prensa está dividida y va con uno o con otro y está perjudicando al club porque no dice la verdad», detallaba el mánager general del Mallorca. «Estoy tranquilo. Sé a quién tengo detrás y no he venido aquí a ganar dinero, sino a aportarlo y ayudar a que el club salga de dónde está. Si me tengo que ir, sin problemas. Y si me tengo que quedar, lo haré encantado e ilusionado. Pero si no me dejan...»
«Por mi parte, ahí están las condiciones aunque él (Cerdà), a base de presión mediática y del poder que tiene en el consejo , intenta cambiar las cosas», continuaba explicando el israelí. «Tengo una imagen muy limpia gracias a mi carrera y no hubiese dado la cara sabiendo que no podía solucionar los problemas».
Aoaute mantuvo que tiene un acuerdo con Cerdà y que si la venta del club no cuaja es por las trabas que, según él, impone el presidente: «Lo que pretende es apretar y conseguir una mejor posición. No se puede cambiar las cosas cuando ya tenemos un acuerdo verbal, ya que sin él no hubiera entrado en el club. He venido con un proyecto y este problema se tenía que haber solucionado hace tres o cuatro meses para poder planificarlo todo bien y meter gente importante a nivel institucional. Me siento orgulloso del equipo y de estar en el palco, aunque sea solo. Para mí deberían estar todos los consejeros ahí aguantando y dando la cara. Me da pena por la gente que paga, porque si yo fuera aficionado del Mallorca no pagaría ni un duro», sentenciaba. «A mí no me presiona nadie, he tenido una carrera brillante y puedo vivir bien. No hay más», añadiría casi a continuación.
El exportero subrayó en varias ocasiones que Serra Ferrer no se encuentra tras su proyecto —«lo demostraré»— y además de responsabilizar a Cerdà de que aún no se haya aprobado el reciente fichaje de Tato, afirma que si el presidente tiene a otro comprador, él se echará a un costado. «Es libre de hacer lo que le dé la gana pero siempre pensando que en medio hay una institución de casi cien años». concluía.