Adolfo Enríquez García, Fofo (Palma, 1990) ya es jugador del Mallorca, aunque el complejo funcionamiento del consejo de administración impida por el momento darle un carácter oficial a su fichaje. Las dos partes, que habían alcanzado un pacto a comienzos de la semana pasada, dieron ayer otro paso al frente después de que el jugador superase las pruebas médicas y está prácticamente listo para ponerse al servicio de Miquel Soler. El futbolista, que será la octava incorporación del verano para el conjunto bermellón, también llegará a Son Moix tras desprenderse de todas sus ataduras previas y firmará hasta 2016 con un contrato adaptado al nuevo decorado económico que será revisado en el caso de ascenso y en el que también se incluyen una serie de bonificaciones en función de los goles que marque.
Con Fofo, el vestuario del Mallorca ganará en profundidad y obtendrá muchos más detalles del mapa de la Segunda División, ya que el futbolista, palmesano de nacimiento y alicantino de adopción, ha consumido las dos últimas temporadas en El Toralín y antes ya había transitado por los pasillos de la categoría como canterano del Villarreal.
El exdelantero de la Ponferradina, en cualquier caso, liquidó su mejor temporada hace unos meses. Durante un franja notable de la campaña formó junto al brasileño Yuri una de las sociedades más efectivas de la división de plata y se destapó como uno de las columnas de un equipo que, pese a sus limitaciones, acabó conservando el rango con menos apuros que el Mallorca. En total, ha disputado 60 partidos en Segunda y ha firmado 13 tantos, diez de ellos durante el ejercicio anterior. El hecho de adentrarse en el verano con la carta de libertad en la mochila le convirtió en una de las piezas más atractivas del escaparate y se le vinculó a clubes como Betis o Valladolid, pero finalmente ha sido el club balear se ha asegurado su contratación gracias a un movimiento de la dirección deportiva que capitanea Miquel Àngel Nadal.
En principio, Fofo debería engancharse cuanto antes a la dinámica del grupo para ir avanzando en la preparación al tiempo que descubre el libro de estilo del Nanu y se familiariza con los entresijos de su nuevo vestuario. Porque si algo conoce ya es el estadio en el que invertirá las dos próximas campañas de su carrera, en el que dejó su huella con un tanto el pasado 10 de noviembre con motivo de su primera visita. El octavo pasajero está a punto de subirse a la nave.