El Mallorca ha empezado a forrar las paredes del centro del campo con experiencia y futuro a partes iguales. Solo unas horas después de confirmarse la salida de David Generelo (rescindió el viernes su contrato para firmar con el Oviedo), el club balear oficializaba la contratación de Cristian Bustos, que vestirá de rojo las dos próximas temporadas después de desvincularse del Celta. Y casi a continuación, la dirección deportiva sellaba la incorporación del navarro Javier Ros, que acaba de poner fin a la relación contractual que mantenía con la Real Sociedad para convertirse en el séptimo fichaje rojillo del verano y establecer, también hasta 2016, su base en Son Moix.
Cristian Bustos Costa (Alicante, 1983) llega al Camí dels Reis con el mapa de la Segunda División tatuado en el pecho. El futbolista, que acaba de cumplir 31 años, lleva ocho temporadas de camino por los pasillos de la categoría de plata en los que ha acumulado 177 partidos con el Salamanca, el Celta y el Sporting. Mucho antes, había iniciado la travesía en el fútbol levantino, en equipos como el Eldense y el Pinoso, o en los filiales de Murcia, Hércules y Valencia.
En principio y a la espera de lo que decida el Mallorca con respecto a Pep Lluís Martí (ha rechazado dos ofertas y sigue aguardando una llamada del club), Bustos dotará de personalidad al centro del campo bermellón. Con un marcado perfil defensivo (solo ha anotado un gol como profesional y fue con el Celta, en un partido de Copa frente al Madrid), trabajador, físicamente potente y acostumbrado a ocupar un amplio sector en la zona ancha, fue bautizado como el Gatusso del Helmántico durante su etapa en el Salamanca, una de las más completas de su carrera. Ahí se fraguó precisamente su salto a Balaídos. Luego, tras varias campañas a buen nivel en el Celta, perdió algo de protagonismo con el regreso a Primera del conjunto vigués y se marchó cedido al Sporting. Al final alcanzó un acuerdo en enero para jugar cedido en el Sporting, club en el que se mantuvo la temporada pasada tras la negativa de Luis Enrique a contar con sus prestaciones. En su segundo año en Gijón una lesión en el talón le tuvo cuatro meses alejado del grupo, pero había arrancado el curso siendo titular a las órdenes de Sandoval. De hecho, fue uno de los culpables de aquella dolorosa caída que sufrió el Mallorca en El Molinón (3-0) a principios de septiembre de 2013.
En su obligada reestructuración de la sala de máquinas la entidad rojinegra también ha confirmado la incorporación de Javi Ros Añón (Tudela, 1990), libre desde que hace unas semanas le hizo un lazo a su paso por la Real Sociedad.
Al joven centrocampista navarro (24 años) se le señalaba hasta hace unos años como uno de los valores más pujantes de la cantera realista junto con Rubén Pardo, aunque pese a su calidad y los detalles que ha ido esparciendo nunca llegó a romper el cascarón en la primera plantilla y ni Lasarte primero, ni Montanier o Jagoba Arrasate después, le dieron la continuidad suficiente para echar raíces en Anoeta. En el ejercicio anterior, el mediocentro intervino en las tres competiciones de su equipo (jugó incluso en Leverkusen y Donetsk, con la Champions como telón de fondo) pero solo fue titular en seis partidos de los que únicamente completó uno del todo. Fue en Copa del Rey, ante el Algeciras.
Instalado en la cantera de la Real Sociedad durante la mitad de su vida (llegó con 12 años), casi toda su carrera al máximo nivel la ha desarrollado en Segunda B (con el filial realista y con el Eibar) y últimamente en Primera, aunque también pasó de puntillas por la categoría de plata en 2009, cuando Juanma Lillo, uno de sus principales avalistas, le dio la alternativa en las cinco últimas funciones del campeonato. El mediocentro (también ha actuado de manera circunstancial como lateral, sobre todo en el Eibar y algunos amistosos con Montanier) no podrá enfrentarse durante la temporada a su hermano Iñigo, que este verano ha dejado el Tenerife para fichar por el Huesca de Segunda B.