El trabajo se acumula en los despachos del Real Mallorca y no solo para confeccionar la plantilla de la próxima temporada. La SAD balear se adentra un laberinto económico con una fecha clave para encontrar la salida: el 20 de agosto. Los gestores del club bermellón se encuentran inmersos en una carrera contrarreloj en la que las únicas vías de salvación pasan por una ampliación de capital o el traspaso de un activo importante. No en vano, el informe al que ha tenido acceso este periódico detalla que los rojillos pueden encontrarse con un saldo de 350.000 euros para satisfacer compromisos que ascienden a 1,5 millones.
El déficit cercano a los cinco millones de euros con el que el Real Mallorca se dispone a cerrar el ejercicio 2013-14 ha colocado a la entidad en una nueva situación límite. El informe desvelado por este diario refleja que «urge la toma rápida y definitiva de decisiones al respecto». No en vano, el desafío para evitar el colapso financiero es conseguir un millón de euros en un mes, una vez que ya ha quedado agotado el balón de oxígeno que suponían los pagarés del Villarreal.
Conflicto
La ampliación de capital, que debe ser aprobada por la junta general de accionistas, se erige a día de hoy en una de las únicas opciones para evitar el colapso financiero, pero la guerra de poder en el seno del consejo de administración dificulta llegar a acuerdos. Ante esta situación, Utz Claassen se ha erigido en el único accionista que ha mostrado su predisposición a acudir a la ampliación de capital. Sin embargo, resulta improbable que el consejero alemán ponga dinero cuando ni es el máximo accionista, ni dispone de una posición accionarial preferente.
Si los poseedores de los títulos no acuden a la ampliación de capital, la vía de los traspasos se convierte en la alternativa. Teniendo en cuenta la envergadura del problema, el Real Mallorca se vería obligado a desprenderse de alguno de sus principales activos. Las ventas han constituido el principal recurso a lo largo de las últimas temporadas, pero la carestía que se impone en el mercado estival supone algo más que un contratiempo.
El entrenador Miquel Soler ya puso de relieve que Alejandro Alfaro y Emilio Nsue le interesan deportivamente, pero que el club no puede hacer frente a las nóminas que estipulan los contratos. Son dos de los jugadores que podrían entrar en la operación salida, pero sus fichas también suponen un contratiempo para que un club interesado en sus servicios se decida por afrontar un traspaso que satisfaga las pretensiones de la SAD balear.
Otro futbolista que ya ha despertado el interés de clubes con potencial económico es Marco Asensio, la perla de la cantera que dio muestras de su calidad la pasada temporada y que constituye uno de los principales activos de la SAD balear. El joven mediapunta es considerado como uno de los pilares de la renovación que se persigue, por lo que representa una difícil papeleta para los gestores.
El tercer escenario para evitar el colapso resulta todavía más complejo, ya que correspondería a una venta que permitiera la entrada de un grupo con el anhelado músculo financiero. Sin embargo, el conflicto abierto entre Llorenç Serra Ferrer y Gabriel Cerdà eleva la dificultad para habilitar un traspaso de acciones. El pobler y el pollencí tienen la última palabra en este aspecto, pero se aventura complicado que lleguen a acuerdos tras su cruce de declaraciones. El margen de maniobra es cada vez más estrecho y la situación de bloqueo a la que ha llevado su enfrentamiento resta posibilidades a la venta.