Los galones recuperan el brillo. Después de varios meses arrinconados, los veteranos vuelven a sonreír. La apuesta de Javier Olaizola por la experiencia, por el distintivo, está dando sus frutos, con Dudú Aouate y Pep Lluís Martí como principales referencias. El meta israelí mantuvo la portería a cero en Son Moix, un hecho inédito desde la pasada temporada, mientras que el pivote mallorquín ofreció una exhibición de presión, ganas y oficio en la sala de máquinas del equipo el pasado sábado ante Las Palmas.
En apenas dos jornadas, el grupo balear ya ha mostrado otra cara. Más agresiva. Una actitud diferente que ya ha servido para truncar la peor racha del curso -nueve jornadas sin ganar-, sumar 4 de los últimos 6 puntos y situarse en la rampa de lanzamiento de la permanencia. De hecho, el grupo balear acude el sábado a Córdoba con una ventaja sobre la mayoría de sus rivales en la lucha por la salvación: depende de sí mismo. El triunfo de anteayer, unido al empate sumado en Girona, le permite al grupo haber sumado más puntos en la era Olaizola que en los ocho últimos partidos dirigidos por Lluís Carreras, cuando apenas sumó 3 sobre 24 puntos.
Desde que aterrizó en el banquillo isleño hace menos de dos semanas, Olaizola abrió la puerta con un precepto obligado bajo el brazo: recuperar los galones. A los veteranos. A los capitanes. A jugadores con las piernas repletas de cicatrices que habían quedado relagados a un segundo plano por el anterior técnico. De salida, el vasco apostó por Aouate, Nunes, Antonio López, Martí... De ello, el portero y el centrocampista están respondiendo a la confianza. Las lesiones del central portugués -se retiró ante Las Palmas mediado el primer tiempo-, y del lateral alicantino, han trastocado los planes de Olaizola, que no variará su cuaderno para la final por la salvación del próximo sábado en El Arcángel de Córdoba.
Aouate logró sellar su portería por primera vez en casa -tampoco encajó en Miranda de Ebro- en un partido completo. Aunque no tuvo excesivamente trabajo y se mostró dudoso en alguna salida, en el tramo final del encuentro taponó su portería en la ocasión más clara del conjunto canario. Después de haber visto desde la barrera del banquillo o incluso desde la grada la mayoría de los partidos de la Liga, Aouate echará el cierre del campeonato bajo los palos. Se quiere quitar el mal sabor de boca de su peor temporada como futbolista profesional. Para ello nada mejor que evitar el desastre del descenso a Segunda División B y mantener la categoría para iniciar la nueva campaña -tiene contrato en vigor- con otros aires.
También Pep Lluís Martí ha aumentado su cuota de poder en las últimas semanas. A sus 39 años, el pivote mallorquín maneja los tempos del partido como pocas. Presiona, trabaja, recupera y tira de experiencia cuando la ocasión lo requiere. Además, a balón parado ha podido exprimir su eficacia. De hecho, el Mallorca ha conseguido dos goles tras sendos córnes botados por Martí, que ha recuperado la finura en este tipo de acciones.
De cara a la cita en Córdoba, Javier Olaizola deberá remover las piezas. La baja por sanción del ghanés Thomas Teye trastoca los planes del entrenador vasco, que previsiblemente apostará por un doble pivote con Martí-Iriney.
También habrá que estar pendiente de cómo evolucionan las molestias de José Carlos Nunes, Emilio Nsue y Antonio López, éste último ausente frente a Las Palmas por unas molestias.
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