Con casi cien años a cuestas, al Mallorca le toca disputar esta tarde la final más desagradable de su vida moderna. Lo hará con el alma encogida y de espaldas al planeta fútbol, que en plena prueba de supervivencia rojilla estará centrado en la subasta por el título de Liga que se celebra en el Camp Nou. Depresivo y encadenado a una dinámica particularmente tóxica, el equipo de Carreras ha encontrado otra oportunidad para levantarse y reaccionar. En este punto de la película y atrapado en un contexto tan caótico como el actual, poco importa su imagen, su desarrollo o las vibraciones que emita. Sin embargo, el resultado es ya innegociable. Porque alargar otra semana su ruptura con la victoria le arrastraría hacia la zona más tenebrosa de la clasificación y con solo tres partidos por delante para recuperar el pulso el revolcón tendría un efecto letal (Son Moix, La Sexta, 18.15 horas).
Después de encadenar siete partidos incompletos y de vivir a solo unos centímetros de las zona acordonada de la categoría, el Mallorca ha rebasado sus propios límites. Y hoy, además, le corresponde descorchar otra jornada explosiva en la que los duelos directos van a salpicar de una manera u otra a los participantes del maratón por la salvación.
Obstáculos
En su camino hacia la reválida no ha dejado de encontrar estorbos el conjunto bermellón, que además de sus resultados y de esa pila de problemas con los que convive, tiene que jugarse la vida a la peor hora posible, en uno de los puntos negros del fin de semana. El club ha activado los mecanismos necesarios para abrigar al equipo y colorear las gradas, pero es probable que la coincidencia de horario con el Barça-Atlético reduzca el peso de un factor cancha que, por otra parte, en el caso del Mallorca también parece algo desacreditado. Sobre todo después de que el grupo solo haya sumado un punto de nueve. Y por si al encuentro le faltaban condimentos, en toda esa extraña atmósfera que lo envuelve se ha colado a su vez el asunto de la prima ofrecida a la plantilla por Utz Claassen por atrapar la permanencia, aceptada por los jugadores para cederla posteriormente a los empleados del club en el caso de conservar el rango de plata.
Dentro de los límites del campo, Carreras vuelve a encontrarse frente a un cruce de caminos decisivo. Todo hace indicar que el entrenador de Sant Pol se apoyará sobre un once similar al que alineó en Soria, aunque con algunos matices. Como el del lateral izquierdo, donde Kevin podría verse relevado. De momento, el técnico bermellón seguirá sin poder contar con David Generelo, que seguirá la función desde fuera, igual que Gerard Moreno, Miguel García, Razza o Liassine Cadamuro.