El Real Mallorca tiene que derribar la parte superior de las gradas de Son Bibiloni que dan a la carretera de Sóller y presentar un proyecto de demolición. El teniente de alcalde d'Urbanisme, Jesús Valls, advirtió que si no lo hace en «un tiempo prudencial», el Ajuntament de Palma le abrirá un expediente de disciplina urbanística ordenando su demolición. Si tampoco lo acometen, Cort actuará de forma subsidiaria y pasará la factura a los propietarios.
Esta demolición es consecuencia de la negativa del Consell de Mallorca a conceder el interés general solicitado por el club para Son Bibiloni, que se trata de en suelo rústico. Por tanto, como la institución insular lo ha denegado tiene que proceder a su demolición de las gradas superiores.
El titular municipal d'Urbanisme explicó que el Real Mallorca también tiene que motivar la solicitud de interés general para la residencia de deportistas que está proyectada en las instalaciones de Son Bibiloni, ya que el Consell de Mallorca considera que no está suficientemente justificado.
Legalización
El regidor explicó que la institución insular ha argumentado que es necesario un proyecto de legalización para aquellas construcciones que no están amparadas en el primer interés general concedido por el Consell de Mallorca, cuando se instalaron los primeros campos de entrenamiento del Mallorca.
Valls informó que en el Consell de Gerència d'Urbanisme celebrado ayer se dio cuenta del rechazo de conceder el interés general a los terrenos de Son Bibiloni y se explicó a los asistentes la obligación del Real Mallorca de derribar la parte superior de las gradas paralelas a la carretera de Sóller, así como de justificar la residencia de deportistas.