La afición mallorquinista ha agotado su paciencia. Los acontecimientos de esta semana han provocado el malestar del núcleo duro de una hinchada que hamostrado su malestar con los gestores de la SAD y decidió tomar medidas. Ayer, la Federació de Penyes Mallorquinistes se citó en el estadio de Son Moix con la finalidad de tratar este espinoso asunto y estudiar posibles y contundentes medidas de protesta.
La crispación hacia la cúpula resultaba evidente, y tras una cita que muchos tildaban de necesaria, se decidió pasar a la acción con una serie de actuaciones que se plasmarán el próximo sábado, cuando el Mallorca reciba al Barça B (20 horas).
Tras el encuentro, se emitió un comunicado en cuyo primer punto se exigía la dimisión «irrevocable» del presidente del Real Mallorca, Gabriel Cerdà, y en el supuesto de que siguiera en su cargo el sábado, las peñas decidieron no acceder al estadio, «permanenciendo unidas» en los exteriores del mismo, en el Punt Trui Mallorquinista. También se pidió al resto de aficionados que secunde esta protesta, si se lleva a cabo. Igualmente, se pidió al consejo de administración «un comportamiento acorde y responsable con el sentimiento de su masa social y la historia del club». Además, recalcaron que la afición «con los últimos acontecimientos, no se siente representada por esta directiva».
Durante la reunión, un grupo de peñas propuso que se solicitara la dimisión de todo el consejo, propuesta que no finalmente no encontró apoyos suficientes.