Un partido para convencerlos a todos, una victoria para encontrar el camino, un encuentro para buscar acomodo en primera clase, en ese vagón de cabeza tan concurrido, tan cercano y donde es tan difícil llegar. Esta tarde Son Moix acoge el choque entre el Real Mallorca y el Hércules, una batalla asequible para los de José Luis Oltra, pero donde es imprescindible sacar buena nota.
El Mallorca todavía no ha confirmado su candidatura al ascenso, no ha pasado de ser posible favorito, pero hasta la fecha no ha llegado a formar parte de la privilegiada familia de equipos situados en zona de play off. Hoy tiene la décima oportunidad. Los futbolistas defienden, con razón, que no se consiguen los ascensos en el mes de febrero. Es cierto. Pero estar ahí imprime respeto, aumenta la confianza de la afición, del entorno. El ambiente mejora, como mejora el enfermo que cambia de medicación y a su vez le cambia la cara. Estar ahí arriba o no estarlo te cambia. Que se lo pregunten a la afición, a los medios...al entorno. Estar entre los seis primeros supone recuperar la ilusión por el fútbol, por el balón, por el césped, por los rivales. Estar fuera de ahí es desviar la atención hacia Gabriel Cerdà, hacia Serra Ferrer, hacia el consejo de administración, hacia los líos.
Resultados
Por eso es tan importante de una vez por todas meterse en la cabina de mando. A este club solo puede salvarlo el fútbol, pero si el fútbol no va acompañado de resultados y de una regeneración de la ilusión, aquí se va a seguir hablando de los desastres de la gestión de Serra Ferrer, de las repercusiones de sus tomas de decisiones, de los contratos, de la sindicación, de las facturas.
Con más de media Liga disputada, ha llegado el momento de transformar las dudas en certezas, de resolver los partidos por la vía rápida, al menos por la vía del juego, de la superioridad. Es hora de los futbolistas y ahora, con poco margen de maniobra, Serra ha intentado neutralizar sus fracasos del verano. Iriney, Generelo y Cadamuro representan savia nueva para un equipo excesivamente débil mentalmente. Con estos tres jugadores da la sensación de que se ha ganado en firmeza defensiva, manejo de balón y carácter. Incluso la seguridad de estos tres futbolistas puede ocasionar un efecto rebote y aumentar la autoestima en el resto del grupo.
El Hércules se presenta como un rival asequible para meterle mano. Encadena cinco partidos sin ganar, ocupa zona de descenso, aunque fuera de casa se ha impuesto en tres partidos, uno de ellos en Alcorcón, donde no pudo ganar el equipo balear. Suele ser también habitual que los rojillos despierten a rivales faltos de minerales, pero si quiere subir debe desprenderse de esta dosis tan alta de generosidad. Ha llegado la hora de despegar. Ya.