Señalado durante años como la gran esperanza blanca de la cantera mallorquinista, Emilio Nsue López también empieza a ejercer ahora como uno de los portavoces de la primera plantilla. Salpicado de lleno por el descenso del curso pasado, el internacional guineano no tiene problemas para reconocer que vive atrapado en un dudoso arranque de liga, tanto a nivel individual como colectivo.
Poco queda ya de aquel tímido ariete que sobresalía por su físico en los partidos matinales del Sitjar y que despachaba con monosílabos cualquier cuestión relativa a sus prestaciones o planes de futuro. Erigido en un futbolista imprescindible para Oltra, asegura comprender a los aficionados más críticos con su juego, recrimina a un sector de la prensa por despreciar a los rivales que van apareciendo por el camino y, sobre todo, subraya su mal momento de forma y algunas de sus representaciones más próximas.
«Me pondría un cinco rascado», se autoevalúa Nsue. «El equipo ha empezado mal y, en mi caso, tuve veinte minutos contra el Zaragoza en los que hice el ridículo. He sido irregular y aunque no me salgan las cosas estoy intentando que nunca fallen el trabajo y la actitud. Al menos el entrenador me da mucha confianza, pero sé que puedo hacerlo mucho mejor», confiesa.
El jugador mallorquín abundaba en ese déficit que exhibe y lo hacía manteniendo como referencia la última gran derrota que ha padecido el grupo. «Lo hago lo mejor posible y sé que contra el Zaragoza perdí muchos balones. Soy consciente de ello y trato de mejorarlo con actitud», insistía.
De hecho, el propio Emilio se niega a vincular su situación con la de otro de los futbolistas señalados a menudo por la grada, Víctor Casadesús. «Respeto a la afición porque siempre veo mis partidos. Soy el primero que se desespera conmigo mismo, así que entiendo a la gente. A veces pierdo balones incomprensibles, pero creo que el caso de Víctor es diferente y que debería ser más querido. Lo hace bien y se debería apreciar más el trabajo que realiza. En mi caso, la gente considera que debería dar más y yo también creo que puedo hacerlo mejor», sentenciaba.
En cualquier caso, Nsue no sacó el látigo del cajón solo para flagelarse. Considera que el entorno del club, y especialmente la prensa, critica de forma exagerada el juego del Mallorca y que en ocasiones desprecia a la Segunda División y sus participantes. «Hay mucha presión y la prensa también se encarga de recordar siempre que no jugamos bien, cuando ahora lo que importa es sumar y seguir creciendo.
A principio de temporada nos preguntábais si íbamos de cracks, pero en este caso los que van de cracks son algunos periodistas menospreciando a los rivales, cuando son equipos que nos lo ponen siempre muy difícil y que están en nuestra misma categoría», afirmaba. «En el último encuentro en casa tuvimos unos minutos desastrosos, pero creo que la línea a seguir es la de los últimos seis partidos», añadía.