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La Segunda División, con el Mallorca en su parrilla, arranca hoy con el Girona-Alavés

La plantilla del Mallorca, con José Luis Oltra en el centro, durante su presentación en Son Moix en los prolegómenos del Trofeu Ciutat de Palma.

| Palma de Mallorca |

Empieza el baile. La Segunda División, rellena de clubes históricos y con un montón de candidaturas abiertas, le quitará esta noche el precinto a una nueva edición y se pondrá en marcha con una eléctrica jornada inaugural que se divide en tres tandas. En total, 22 equipos, 42 entregas y casi diez meses de agotadora competición por delante. Porque desde hoy y hasta el próximo 8 de junio, fecha marcada para el final de la fase regular (otros cuatro conjuntos se jugarán después un asiento en Primera en un playoff), el torneo solo se interrumpirá el último fin de semana de diciembre, con motivo del parón navideño. Una carrera de fondo sobre asfalto irregular que el Mallorca intentará completar de puntillas para recuperar cuanto antes su rango y prestigio.

Favoritos

El campeonato se pone en marcha con un amplio pelotón de equipos dispuestos a alojarse en la zona con las mejores vistas de la clasificación. Después de un ajetreado verano, marcado por la amenaza de los descensos administrativos (el Murcia recuperó la categoría a costa del Guadalajara y Mirandés o Alcorcón estuvieron sobre el alambre), y la investigación acerca de posibles amaños de partidos, la Segunda ha adoptado un aspecto interesante con los descensos de Deportivo, Zaragoza y Mallorca (coparon los títulos de Copa entre 2002 y 2004) y la continuidad de equipos como Hércules, Sporting o Recreativo, que hasta hace nada permanecían empotrados en las alturas. Además, la categoría recupera a clubes con solera como el Alavés, el Tenerife y el Eibar, mientras que Girona, Alcorcón o Córdoba pelearán por consolidarse en la franja alta tras acariciar el ascenso en las últimas temporadas.


El curso arranca igualmente condicionado por el control económico que establece la Liga de Fútbol Profesional y por las dificultades que padecen los clubes a la hora de armar sus plantillas o al reducir el peso de sus casetas. El propio Mallorca, sin ir más lejos, estrenará traje en la Nova Creu Alta con un grupo asimétrico, necesitado aún de incorporaciones y referentes. Después de perder a Javi Márquez, afrontará la primera jornada con los argumentos justos en el centro del campo y con una defensa cogida con alfileres.


El conjunto rojillo, que en el ciclo más brillante de su historia había olvidado las hostilidades de la Segunda División, iniciará el domingo un trayecto que solo admite un único destino: el ascenso.

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