El Real Mallorca tiene previsto cerrar a final de septiembre un acuerdo con el Ajuntament de Palma que contemple la reforma del estadio de Son Moix a cambio de ceder a Cort los terrenos que en estos momentos ocupa el vestusto Lluís Sitjar.
Ahora el objetivo de los apoderados del club balear, Biel Cerdà y Serra Ferrer, pasa por ceder el solar donde está ubicado el viejo campo en la barriada de Es Fortí y como contrapartida quedarse en propiedad el estadio de Son Moix y obtener los permisos pertinentes para construir un área comercial en el mismo Iberostar Estadio que pueda financiar el rediseño del campo, retirando la pista de atletismo y reformar en general el recinto adecuándolo a la realidad del club, fundamentalmente reduciendo sus dimensiones y levantar un nuevo campo.
El megaproyecto del nuevo Lluís Sitjar en el lugar que ahora ocupa el viejo campo ha pasado a mejor vida. Fue, es y será una maqueta. Tal y como anunció Ultima Hora el pasado 12 de marzo de 2013, Cort había comunicado esa misma semana a los copropietarios y al club que era inviable el proyecto tal y como estaba diseñado inicialmente por Gabriel Cerdà y a partir de ahí se abrió un nuevo escenario, que ayer se hizo público en palabras del propio presidente del consejo de administración del Real Mallorca y presidente en funciones del club. «A final de septiembre pensamos que llegaremos a un acuerdo con el Ajuntament para que el Mallorca se pueda instalar en Son Moix y poder construir allí un campo de fútbol financiado con un área comercial. El Mallorca no tiene dinero para financiar un estadio... después —prosiguió— se puede intercambiar el solar del Sitjar, derribar el campo y hacer una cesión al Ajuntament y que Cort, a cambio de esta cesión, pueda hacer a su vez cesiones al Mallorca que puedan motivar que hagamos un campo de fútbol en Son Moix», explicó Cerdà.
Cambio de rumbo
El propio Ajuntament ya instó al Mallorca y a los copropietarios a variar el rumbo de sus intenciones olvidándose del proyecto del Sitjar y apostando por la opción que todos los partidos se han pronunciado «de forma unánime». Cort invitaba al Mallorca «a dar una solución al futuro del Lluís Sitjar a través del enclave del estadio de Son Moix, que está preparado para otorgar los permisos necesarios para realizar un nuevo campo de fútbol en las condiciones antes referidas, incluso para implantar una superficie comercial que instigara la inversión», indicaban los técnicos del Ajuntament a los copropietarios. En esa reunión del mes de marzo se apuntó por lo tanto que «la postura que no es solo del equipo de gobierno, sino de consenso del resto de partidos políticos es el de considerar Son Moix como el nuevo y futuro estadio de fútbol del Mallorca».
Precisamente, a raíz de esta nueva situación que se creó, el club mira a Son Moix como el lugar ideal para construir su nueva casa. Sin embargo, hay muchos puntos todavía por resolver en este nuevo proyecto de Cerdà. Si bien Cort ve con buenos ojos abrir una nueva vía de diálogo, existen dificultades añadidas. Sin ir más lejos, el club tiene interpuesto un contencioso administrativo a la orden de derribo y el TSJB aceptó la apelación del Mallorca mediante la cual se recurrió el expediente de ruina económica del estadio, que establecía el 18 de enero de 2012 como fecha límite para completar los trabajos de derribo. Sin embargo, el Mallorca se hará cargo del derribo del Sitjar en el caso que no progrese el recurso y si eso llega a ocurrir será un grave revés para las arcas del club balear donde no hay liquidez ni tesorería suficiente para abonar el pago de los casi dos millones de euros que podría costar el derribo y el posterior reciclaje de los residuos.