El Mallorca estrecha el cerco sobre Pau Cendrós. El club balear, centrado desde hace unas semanas en la búsqueda de un lateral derecho con el que acorazar su nueva defensa, ha alcanzado un acuerdo con el mallorquín de cara a las cuatro próximas temporadas. No obstante, la operación regreso se encuentra aún lejos de concretarse y está supeditada a la postura del KAA Gent, con el que el mallorquín tiene contrato hasta junio de 2014. Sobre todo porque la entidad belga, que apostó por el jugador cuando éste se encontraba sin equipo, no está dispuesta a facilitar ahora su salida y exige una compensación económica por su marcha que dificulta el traspaso.
Con el fichaje de Cendrós, el Mallorca no solo ganaría en solidez defensiva y en amplitud de recursos, sino que dispondría de la posibilidad de curar una de sus peores heridas recientes. Hace algo más de un año y tras ser descartado por Caparrós y la dirección deportiva, el club decidió abrirle la puerta después de que consumiera su contrato y la salida levantó una gran polvareda en la grada de Son Moix, que siempre le ha profesado un cariño especial por su compromiso dentro y fuera del campo. Cendrós, que había aplazado cualquier decisión sobre su futuro a la espera de una propuesta de renovación, acabó encontrando acomodo en el fútbol belga y se comprometió dos temporadas con el KAA Gent.
Nuevo escenario
Sin embargo, la nueva situación que vive que el Mallorca y, sobre todo, la llegada de José Luis Oltra, han alterado de forma considerable el escenario y tanto el club como el futbolista podrían retomar en los próximos días una relación que hasta hace unos meses parecía irrecuperable. El técnico valenciano, que ya tuvo al futbolista a sus órdenes en el Tenerife, ha reclamado su fichaje a los responsables deportivos de la SAD balear y la predisposición de Cendrós es absoluta. De hecho, él mismo ha aceptado un recorte notable en su hipotético nuevo contrato —si la operación fructifica renunciaría a una cantidad importante de lo que percibe en Bélgica— y está dispuesto a hipotecar su futuro deportivo a cambio de cumplir su último sueño: ayudar al Mallorca a regresar a volver a Primera División.
Pese a todo, la incorporación de Cendrós a la nave de Oltra no será sencilla debido a ese muro que ha levantado el Gent para no perder al mallorquín, su futbolista más utilizado durante la pretemporada. Entre otras cosas porque su entrenador, el español Víctor Fernández, le ha convertido este verano en el comodín de la defensa del conjunto flamenco. Aunque la llegada del uruguayo Carlos Diogo parecía que iba complicarle las cosas, el exmallorquinista ha sabido adaptarse a las exigencias del guión y se desenvuelve con naturalidad en todas las posiciones del sistema de seguridad. El pasado fin de semana, sin ir más lejos, fue titular en el campo del Beveren durante la primera jornada del campeonato belga (su equipo empató a uno con un tanto del propio Diogo) y además de actuar en la posición de central ejerció en todo momento como el líder de la zaga, muy por encima incluso del bosnio Ervin Zukanovic, su socio principal en el área.
El nuevo rango de Cendrós se ha convertido por lo tanto en un complejo escollo para el Mallorca, que deberá pasar por caja si desea hacer efectivo el acuerdo que ha alcanzado con el futbolista en las últimas horas.
Viejos conocidos
A la motivación de Cendrós por enfundarse otra vez la camiseta del Mallorca se une también su deseo de reencontrarse con José Luis Oltra, con quien ya celebró un ascenso en 2009. Aunque esa temporada el mallorquín desempeñó un rol secundario por la presencia en el grupo de Marc Bertrán —solo disputó ocho partidos de Liga, todos como titular— guarda un recuerdo muy especial del entrenador valenciano (que también valora de forma especial su profesionalidad) y de su preparador físico, Chema Sanz. De momento, el lateral ya ha dado el paso al frente necesario para regresar a Son Moix. Es el turno del Mallorca.