El Mallorca sigue pendiente del tobillo de Pina para saber qué traje se pone sobre el tapete del Calderón. Los problemas físicos que arrastra el centrocampista manchego no terminan de desaparecer y Manzano apurará sus plazos para saber si puede incluirle finalmente en la convocatoria o si debe apostar por un cambio de cromos en la sala de máquinas para sujetar por la cintura al Atlético de Madrid.
Pina permanece fuera de combate desde el pasado lunes. El jugador cayó lesionado en el tramo inicial del partido ante el Betis y desde entonces no ha vuelto a trabajar a pleno rendimiento. De hecho, cuando ha acudido a Son Bibiloni ha sido para ejercitarse en las instalaciones interiores o para entrenar al margen del grupo. No obstante, el técnico se niega todavía a descartarlo de cara a la trascendental función de mañana y esperará a ver cómo evoluciona antes de redactar la lista de convocados para viajar a Madrid. «Aún no sabemos si podremos contar con él o no», explicaba ayer Manzano. «Estaremos pendientes del último entrenamiento, en el que tendrá una situación distinta de hoy (ayer), que debíamos tomar precauciones. Dependerá de si golpea el balón y de si el tobillo responde bien o no. Es duda», insistía sin despejar los interrogantes.
Sin Pina a punto, Manzano aún tendría alternativas. Con Pep Lluís Martí a buen nivel y Javi Márquez disfrutando de sus mejores minutos como jugador del Mallorca, si el entrenador de Bailén decide mantener el trivote le bastaría con devolver a Tissone a la arena. Y si opta por modificar de nuevo el boceto podría hacerlo sin alterar demasiado la base actual, apostando de inicio por Nsue o Pereira pegados a una de las bandas. Además, el técnico bermellón recuperará en la ribera del Manzanares a Ximo y Fontàs, sancionados en la última jornada del torneo.
El equipo, que acabará de preparar esta mañana su asalto al Calderón a puerta cerrada y se desplazará posteriormente a Madrid, recibió ayer la visita de Borja Valero. El exbermellón, actualmente en las filas de la Fiorentina italiana, saludó al técnico y a algunos de sus excompañeros, a los que deseó suerte en su batalla por la permanencia.