El Levante y sus futbolistas están en el punto de mira. El fuego cruzado que se desató en el vestuario granota a raíz de la cómoda victoria del Deportivo (0-4) en el encuentro correspondiente a la 31ª jornada del campeonato de Liga va a desembocar una investigación de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) para aclarar lo sucedido. Los valencianos, que este domingo medirán la capacidad pulmonar del Mallorca en su intento de mantenerse a salvo, llegarán a Palma marcados y con la obligación de sumar un triunfo que les ayude a limpiar su maltrecha y deteriorada imagen.
La LFP confirmó ayer «la puesta en marcha de todos los mecanismos para investigar cualquier partido que sea sospechoso», como es el caso del que enfrentó a Levante y Deportivo, tal y como airearon los propios futbolistas del cuadro azulgrana. Valerón (minuto 12) Pizzi (20), Nelson Oliveira (28) y Bruno Gama (93) fueron los autores de los goles de aquel partido, disputado en el Ciutat de València el 13 de abril pasado y que sirvió para que el equipo de Fernando Vázquez diera un gigantesco paso al frente durante su travesía en busca de tierra firme.
Delito
Desde la entrada en vigor de la reforma del Código Penal, a finales de 2010, se tipifica como delito, por primera vez, el fraude deportivo y se establecen sanciones, multas o penas de cárcel para aquellas conductas que tengan por finalidad «predeterminar o alterar de manera deliberada y fraudulenta el resultado de una prueba, encuentro o competición deportiva profesionales».
En esa dirección, el presidente del Levante, Francisco Catalán, aseguró que el consejo de administración confía en la «honorabilidad y profesionalidad» de sus jugadores frente a las informaciones referidas a presuntas irregularidades en el partido de la Liga ante el Deportivo pero que si se demuestra lo contrario, tomará medidas.
Catalán leyó un comunicado oficial tras la reunión mantenida por el consejo del club en el que afirmaba que «tras a últimas noticias aparecidas sobre supuestas irregularidades en el partido ante el Deportivo el consejo de administración del Levante ha decidido ponerse a disposición de la LFP, la Asociación de Futbolistas Españoles y la RFEF para colaborar en cualquier investigación que estuviera en curso o se pueda producir». En su alocución, el dirigente insistió en que el Consejo «cree en la profesionalidad y la honorabilidad de la plantilla de jugadores que ha sido protagonistas de los logros más importantes en la historia del club».
Esta semana trascendió que el levantinista Barkero había acusado a algunos de sus compañeros de equipo de no haber rendido conforme a lo esperado en el encuentro ante el Deportivo. Los acusados fueron Ballesteros, Juanfran , Munúa y Juanlu, a los que Barkero pidió perdón por sus acusaciones.
La Liga de Fútbol Profesional, que si tiene indicios de la comisión de un delito de este tipo debe trasladarlo a la Fiscalía, ya investigó otros casos de presuntos amaños, como fue el caso del Hércules en la temporada 2009-2010, por medio de su Comité de Disciplina Social, tras una denuncia formulada por el Cádiz.
El caso del Hércules apareció en el sumario del «caso Brugal», en el que figuraban conversaciones telefónicas entre el máximo accionista del club y los capitanes del equipo blanquiazul. El Artículo 69 de los Estatutos Sociales de la Liga tipifica como falta muy grave «las actuaciones dirigidas a predeterminar, mediante precio, intimidación o acuerdos, el resultado de un partido o competición». La sanción puede ir desde el apercibimiento, al descenso de categoría «cuando el incumplimiento revistiese especial gravedad». También contemplan los estatutos la expulsión, temporal (de 3 a 5 años) o definitiva, de la Sociedad Anónima Deportiva o Club, cuando el incumplimiento revistiese especial gravedad y concurriese el agravante de reincidencia.