Con el combustible justo y la moral sujeta con alfileres, el Mallorca persigue un sueño que haga crecer su esperanza de vida. El equipo balear, tendido de nuevo sobre la lona de la Liga, asiste esta noche al Camp Nou con la obligación de buscar una gesta que subsane su fiasco ante el colista y, de paso, le ayude a mantener en orden sus cuentas. Lo cierto es que, por un montón de razones, los de Manzano emergen en el domicilio del Barça en un momento ideal para echar a volar la imaginación pensando en recoger algún punto. Sin embargo, el escenario del duelo, el fondo de armario de culé y las ganas del conjunto azulgrana de liquidar la puja por el título amenazan con convertir la cita en un campo de minas para la estropeada formación isleña (Camp Nou, Canal + 1, 22.00 horas).
En menos de una semana, el Mallorca ha pasado de un extremo a otro. De vivir a plena luz, a refugiarse en la oscuridad más absoluta. De soñar con abandonar el pozo a costa del colista, a pelear por no hundirse en el barro contra el líder destacado del campeonato. De recibir con el traje de favorito a un conjunto inédito como foráneo, a echarle un pulso a un rival que lleva casi un año sin entregar las armas en su parcela. De contemplar la salida del túnel, a plantearse la posibilidad de dormir en el fondo de la clasificación. Principalmente, porque en función de lo que suceda esta tarde en Riazor, los bermellones pueden destapar el choque ante el Barcelona como los últimos clasificados del torneo doméstico.
Rehabilitación
Pese a todo, asegura la plantilla que ha recuperado casi toda la moral que le arrebató la derrota del pasado fin de semana. Tras admitir la crudeza del golpe, futbolistas y cuerpo técnico han renovado su discurso y mantienen la puerta abierta a una victoria en el Camp Nou, donde ya han clavado otras tres veces su bandera durante la historia reciente de la Liga. Parte de culpa la tiene el propio Barça, más pendiente de su confrontación de Champions ante el PSG que de su descafeinado cruce contra el Mallorca. Por si fuera poco, la enfermería va a privar al ejército de Vilanova de futbolistas tan importantes como Carles Puyol Javier Mascherano y, sobre todo, Lionel Messi. El crack argentino (43 goles solo en Liga) es también el jugador que más se ha cebado con los isleños en su camino por la Primera División (11 tantos en 10 encuentros) y acumulaba cinco enfrentamientos seguidos martilleándole. Tal y como subrayó Gregorio Manzano, su ausencia supondrá «un dolor de cabeza menos».
El entrenador andaluz del Mallorca anunció en la antesala del partido que removerá sus piezas sobre el tablero barcelonista para aplacar la superioridad azulgrana, principalmente por las bandas. Sin Geromel, sancionado, todo apunta a que Bigas regresará al centro de la defensa y que el equipo comparecerá con el semblante cambiado para intentar aprovecharse de una posible falta de atención local.