Cuando la Liga se detuvo, en el vestuario del Mallorca se señaló con un círculo rojo el pulso ante el Deportivo. A su salida del Bernabéu, el equipo se traía cinco goles en el equipaje de vuelta y la extraña sensación de que quizás se podía haber hecho algo más. Sin embargo, la goleada no empañaba las buenas maneras que había mostrado el grupo entre las paredes del coliseo blanco. Y tampoco pintaba mal la jornada en cuanto al resto del resultados. Ahora, tras dejar atrás un incómodo paréntesis para atender a las selecciones nacionales, el conjunto que dirige Gregorio Manzano sabe que se enfrenta a un partido vital porque además de tener la posibilidad de abandonar a un enemigo en la cuneta, la escuadra rojilla puede escapar de la celda del descenso en la que habita desde la última jornada de la primera vuelta.
Aunque sería un paso circunstancial y sin demasiado peso real, el Mallorca valora esa posibilidad como un premio a su rehabilitación y como un empujón moral, un golpe psicológico que, sin resultar determinante, situaría al equipo un par de cuerpos por delante del pelotón que pelea por la supervivencia. En cualquier caso, está obligado a ganar al Deportivo y confiar en que el Madrid le eche un cable desde La Romareda durante la tarde del sábado. Si es así, pondrá fin a una agonía de once jornadas en las que ha permanecido en las mazmorras, sin ver la luz y contemplando un futuro lleno de sombras.
Primer objetivo
Sacando los pies del barro, el Mallorca habría cumplido el primer objetivo que se trazó en Son Moix tras el final de la era Caparrós . Los baleares cayeron en el pozo tras perder en Valladolid en el encuentro que despachaba la primera vuelta y lo que parecía un mal pasajero se fue complicando demasiado. No obstante, el equipo parece haber detectado a tiempo sus males y ha recuperado el aliento, aunque deberá refrendarlo ante los rivales directos que comenzarán a desfilar ante sus ojos a partir de este fin de semana.
Sobre el papel, el Deportivo parece el enemigo adecuado. Es verdad que los coruñeses vienen de llenar el depósito a costa del Celta, pero también que acumulan solo cuatro victorias en todo el campeonato y que ninguna de ellas la ha redactado fuera de Riazor. Es el único equipo de la Liga que todavía no lo ha hecho y su margen de maniobra ya está agotado. Una derrota en la capital balear le dejaría colgando de un hilo y acotaría la lucha por la salvación a solo dos posiciones.
Por si fuera poco, tampoco se mueve demasiado bien el Deportivo sobre la arena de Son Moix. Los gallegos, que solo han celebrado una victoria en Palma como equipo de Primera División, no levantan los brazos en el Camí dels Reis desde el prólogo de la temporada 2005-06. Curiosamente, con Caparrós sentado en el banquillo gallego.
Planes
El Mallorca sigue perfilando su plan de asalto al conjunto gallego y vuelve a contar desde ayer con Emilio Nsue, reenganchado al grupo tras su espectacular puesta de largo como internacional en Guinea Ecuatorial. Quien se quedaba al margen de la segunda sesión de la semana es Michael Pereira, aquejado de unas molestias en el tobillo. Mientras tanto, el club confía en que el resto de internacionales (Hutton, Aouate, Hemed y Giovani dos Santos) regresan a la Isla sin problemas.
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