El Real Mallorca se ha convertido en un especialista a la hora de afrontar el 'sprint' final de la Liga y desde que certificó su reingreso en Primera División en verano del 97, siempre ha logrado sacar la cabeza adelante, incluso en los peores escenarios imaginables. En sus primeros compases por la máxima categoría, el grupo balear se acostumbró a luchar por objetivos ahora platónicos como la Champions, pero también supo acomodarse cuando la lucha era, como es ahora, para evitar el descenso a Segunda. Son dos maneras diferentes de vivir, pero a la larga, ambas requieren de una fortaleza mental absoluta y sobre todo tienen en común una máxima: se requiere ganar partidos.
En estos momentos los objetivos europeos se sitúan a años luz de la realidad del primer equipo, que acomodado en zona de descenso con 24 puntos, asiste con la lógica preocupación a la carrera por la permanencia. Restan diez jornadas por disputar, 30 puntos en juego y sobre todo, de estas 10 jornadas, seis son en Son Moix, por lo tanto y teniendo en cuenta la línea ascendente que traza el equipo balear, el conjunto de Manzano tiene muchos factores de cara en la lucha por la permanencia.
Pero más allá de esta enorme ventaja que supone jugarse la vida en la Isla, los precedentes invitan al optimismo. El Mallorca sabe navegar por el lodazal en que se convierte la Liga cuando llegan los últimos diez encuentros. Aunque es difícil predecir cuántos puntos serán suficientes para mantener la categoría, con 18 más el equipo balear se situaría con 42, que tal y como está la situación en la tabla, se presumen suficientes para certificar la permanencia. En el gráfico que adjunta este análisis puede comprobarse los puntos que ha sumado el equipo balear las últimas diez jornadas desde su reingreso en Primera y salvo en la temporada que dirigió al equipo Michael Laudrup, el resto de campañas, el Mallorca aprobó con nota en las últimas diez 'finales'. Uno de los años donde prácticamente el descenso se daba por hecho fue la campaña 04/05 cuando el equipo había sumado 24 puntos en 28 jornadas y se hacía necesario algo más que un milagro para evitar bajar a Segunda. El ritmo de puntuación no invitaba a pensar que se rebasaría la frontera de los 42, como finalmente así fue y el Mallorca acabó manteniéndose solo con 39 puntos y en parte fue gracias a la desastrosa campaña del Levante, que cedió tanto al final que permitió que con un puntuación mínima, el objetivo se cumpliera. Manzano tiene buenos números en las últimas diez jornadas de Liga y eso también es un detalle que invita al optimismo.
Con el técnico andaluz, los baleares suman de 15 a 25 puntos en las últimas diez jornadas siendo la campaña 07/08 cuando más sumó, concretamente 25.
Más allá de las estadísticas la afición del Mallorca centra su esperanza de salvación en la dinámica que está exhibiendo el conjunto isleño en esta última fase de la temporada. Más allá de la derrota contra el Real Madrid, las victorias en Granada y ante el Sevilla han permitido a la hinchada rojilla llenar sus depositos de confianza y aumentar la fe en las posibilidades de permanencia. El objetivo, más que nunca, es posible.
Aspas, 4 partidos
Iago Aspas, delantero del Celta de Vigo, ha sido sancionado con cuatro encuentros de suspensión, por su expulsión en la última jornada de la Primera división tras agredir a un rival. Si no prospera el recurso, no jugaría ante el Mallorca.