A solo unas horas de destapar la primera gran final del campeonato, el Mallorca vive pendiente de Giovani dos Santos. Después de acumular un nuevo compromiso con la selección Tricolor durante la madrugada del miércoles al jueves, el mexicano debería completar hoy un viaje de casi 10.000 kilómetros de distancia para llegar a tiempo de trabajar por primera vez junto a sus compañeros antes del partido frente a Osasuna. El mediapunta, que todavía no ha tenido la oportunidad de entrenarse a las órdenes de Gregorio Manzano —viajó directamente a su país tras participar en la derrota de Anoeta—, es el futbolista más desequilibrante de la plantilla y tanto la dirección deportiva como el nuevo entrenador confían en que llegue a tiempo de participar de inicio en una cita trascendental para levantar el primer escalón hacia la permanencia.
Giovani dos Santos ha contemplado desde el otro lado del Atlántico los efectos de ese tsunami que ha arrasado Son Moix en los últimos días. Reclutado por primera vez por su país desde que viste de rojo, el jugador se desenganchó antes de tiempo de la concentración en San Sebastián y a su regreso a la Isla va a encontrarse un panorama muy diferente al que dejó. Al margen de las uregencias del grupo, que se han multiplicado, el mexicano se adentrará ahora en un nuevo modelo de trabajo y la intención de los nuevos responsables de la plantilla es que disfrute al menos de una primera toma de contacto antes de saltar a la arena.
Esfuerzo
En principio, el jugador franquicia del Mallorca no debería acusar en exceso el esfuerzo realizado a pie de campo con el combinado mexicano. A pesar de ser titular en la primera jornada del hexagonal definitivo de la Concacaf de cara al Mundial de Brasil 2014 frente a Jamaica, Gio solo intervino en el primer tiempo y su seleccionador, José Manuel Chepo de la Torre, le sustituyó al descanso por Javier Aquino, centrocampista del Villarreal.
El jugador del Mallorca, como el resto de sus compañeros, apenas pudo brillar y el combinado mexicano acabó regalando un empate sin goles ante la modesta Jamaica —el guardameta Jesús Corona, con dos grandes paradas evitó un resultado aún peor— que podría acarrearle un elevado peaje en el futuro. De hecho, la representación de la Tricolor resultó tan decepcionante que los casi 50.000 espectadores que poblaron las gradas del estadio Azteca despidieron al equipo entre gritos y abucheos.
Si no surgen complicaciones de última hora, Giovani debería llegar a Madrid procedente de México DF y enlazar desde ahí en dirección hacia Palma, donde le espera la primera y última jornada de trabajo con el Mallorca antes de tomarse el pulso de nuevo, ya que Manzano había programado los dos últimos entrenamientos en sesión vespertina con la idea de asegurarse el concurso de los internacionales.
Una vez incrustado en el colectivo y tras comprobar los efectos del desplazamiento transoceánico, será el propio Manzano quien decida qué papel le otorga a Dos Santos. No obstante, es probable que pese a que no habrá completado más que un entrenamiento, sea titular contra los navarros. Entre otras cosas, porque su progresión ha seguido un trayecto ascendente en las últimas jornadas y porque su calidad puede resolver un encuentro en el que el Mallorca no puede fallar. Está prohibido perder.
Giovani lleva mucho tiempo buscando una recompensa en forma de victoria, ya que más allá de aquella conquista en el Benito Villamarín de finales de diciembre que parecía que iba a rehabilitar al equipo, todos sus esfuerzos han sido en vano. Gio espera que su clase reporte de inmediato los dividendos que le hacen falta al Mallorca para salir del agujero y le gustaría empezarlo a hacerlo a partir de mañana.