La derrota en el estadio José Zorrilla de Valladolid escoció en el vestuario del Mallorca y en particular a Joaquín Caparrós, que se autoinculpó por haber dado entrada a Michael Pereira criticando de forma abierta la actitud del futbolista francés. El técnico confesó sentirse «muy cabreado» después de que los suyos cayeran tras controlar el encuentro y resaltó que el partido tuvo «una jugada que podría haber sido determinante» en referencia a una acción de Sereno sobre Víctor con 0-0 en la que los mallorquinistas pidieron penalti y la expulsión del central luso.
«Me voy muy cabreado porque teníamos el partido controlado, con opciones, con alegría, contragolpeando bien y defendiendo a gusto. Este juego es tremendo y me equivoqué en el cambio de Pereira. Los futbolistas tienen que salir con otra mentalidad», explicó el entrenador rojillo tras la primera pregunta de la rueda de prensa sobre su análisis del partido.
Cuestionado por el estado de ánimo de Pereira, Caparrós, que no quiso extenderse en cuestiones técnicas y tácticas de su error en la sustitución, respondió que «yo también estoy triste porque tengo a mi madre en Sevilla y me gustaría tenerla conmigo. Cuando uno sale tiene que demostrar que es un profesional». Además, también quiso subrayar una situación arbitral que podría haber alterado el rumbo del encuentro: «Me da pena el resultado porque hemos iniciado bien el juego y hay una jugada que tenéis que valorar. No voy a entrar y tenéis que valorar esta jugada porque podría haber sido determinante. Es anecdótico. Nos vamos con cara de rabia porque hicimos méritos para conseguir un resultado positivo».
El preparador rojillo no encontró consuelo en la progresión que ha experimentado el grupo tras salir de la dinámica negativa: «El equipo mejora, pero hay que trasladarlo a la competición. Cuando uno compite bien y se rehace tras encajar un gol y tiene opciones es algo bueno, pero se tiene que traducir en puntos», dijo.
MIROSLAV DJUKIC
«Nos hemos sobrepuesto a un rival difícil con corazón»
El preparador serbio del Valladolid recalcó que los tres puntos sumados ante el Real Mallorca son «muy importantes», al conseguirse ante «un rival directo» y permitirles acabar la primera vuelta con «veinticinco», lo que son, a su juicio, «muy buenos números».
No obstante, no se ha mostrado contento con el juego de su equipo, ya que ha cometido «muchas pérdidas» ante un equipo que sabían que iba a ser «muy pesado». «Hemos estado muy espesos y faltos de confianza porque venimos de dos derrotas. No hemos tenido confianza a la hora de tocar y triangular. Necesitamos más ayuda de la grada. Nos sobrepuesto a un rival difícil con corazón», aseguró el preparador local.
Por último, incidió que pese a que los 25 puntos que poseen tras la ida del campeonato, los cuales significan que están «haciendo bien las cosas», aún «no» han «conseguido nada» y deben seguir «en la pelea con está humildad, trabajo y sacrificio».