El consejo de administración del Mallorca ha decidido concederse una pequeña tregua. Después de casi cuatro horas de reunión y debate en las tripas de Son Moix, el órgano de gobierno de la entidad continuó avanzando anoche hacia ese nuevo modelo de gestión que debería regir el funcionamiento de la entidad. Y aunque no se alcanzaron acuerdos definitivos en ese sentido, las dos partes forzaron un alto el fuego momentáneo que debería tener continuidad en el futuro. A la vez, y para «tener cubierto el día a día y hacer frente a cualquier emergencia o situación», en la reunión se nombraron dos apoderados, Llorenç Serra Ferrer y Biel Cerdà, que asumirán la toma de una serie de decisiones que, según el propio presidente en funciones, únicamente deberán ser comunicadas y notificadas al resto de miembros del consejo. Por último, el cónclave sirvió para ratificar el fichaje de Antonio Luna y las cesiones de Aki (seguirá en el Gamba Osaka hasta el 30 de junio) y Marvin Ogunjimi (deja el Standard de Lieja para jugar en el Beerschot hasta final de curso).
«Se ha abierto un debate bastante interesante acerca de la manera de gestionar el club debido a la situación y a las circunstancias que rodean a la entidad, pero siempre con la idea de mejorar y ayudar al Mallorca, que es lo más importante. Olvidando los personalismos», empezaba explicando Serra Ferrer tras el encuentro, al que no asistieron ni Utz Claassen ni el expresidente Jaume Cladera. «Y el que piense lo contrario está equivocado», matizaba el pobler . «En esa misma línea, se irá avanzando para consensuar al máximo esta posibilidad», subrayaba.
«No soy consejero delegado, soy apoderado», especificaba a continuación el máximo accionista al ser interrogado acerca de los últimos nombramientos. «La figura es mancomunada y el consejo queda igual que antes, en el sentido de que hay dos personas que están apoderadas para tomar decisiones, que es lo que se hará. El objetivo es que el día a día del club pueda seguir adelante», insistía Serra Ferrer antes de aclarar que «no hay grandes diferencias con respecto a lo que teníamos hasta ahora. Los apoderados pueden tomar decisiones, que deben ser comunicadas y notificadas al consejo por el bien de la institución y para no paralizar su funcionamiento».
Serra Ferrer, que también especificó que seguirá desempeñando como hasta ahora las funciones de director deportivo, tampoco cerró la puerta al acuerdo entre las dos facciones del consejo. «Eso no quiere decir que el tema del consejero delegado no se pueda consensuar, llegar a un acuerdo con las limitaciones que proponen uno y otro. Es un debate abierto y es bueno. Las opiniones, los criterios... Todo eso siempre es bueno en un colectivo. Para mí ha sido un consejo positivo, muy positivo. Como hacía tiempo que no teníamos», comentaba el de sa Pobla en un tono más conciliador que de costumbre.
Sin apartarse demasiado de ese carril, Serra se negó a polemizar con Utz Claassen. «No entro a valorar si podía venir o no a la reunión», avisaba. «Tampoco comentaré el comunicado que hizo. Son decisiones y opiniones personales y yo siempre digo lo mismo, de corazón. El foro en el que debemos debatir las cosas es el consejo de administración y ahí, tanto yo como el resto, debemos escuchar y hablar. Es lo que debemos hacer», finalizaba.