Serra Ferrer sigue tensando la cuerda en el seno del consejo de administración. El vicepresidente del Mallorca y director deportivo medita nombrar apoderado a Biel Cerdà para seguir ostentando el poder en el club ante la imposibilidad de que pueda situar al de Pollença como consejero delegado. Este último cargo necesita del apoyo de los dos tercios del consejo, mientras que le sería suficiente con una mayoría simple para que Cerdà pudiera ejercer de apoderado y de esta forma mantener el actual estatus en el club con Serra Ferrer acaparando todo el poder.
El propio Cerdà ya dio a entender el pasado lunes que, en caso de que no pueda salir adelante la propuesta de nombrar un consejero delegado, la opción del apoderado es una buena solución. «El club no puede estar parado -dijo Cerdà- y lo que hay que hacer es nombrar un apoderado que dé vibilidad al club ya que la institución no puede estar parada, a final de mes hay que pagar las nóminas, etcéta», comentó el consejero de Pollença.
La jugada precisamente de Serra pasa ahora por nombrar como apoderado a Gabriel Cerdà ya que va a resultar, en el escenario actual, muy difícil que pueda tener la mayoría necesaria para que salga elegido un consejero delegado. La aproximación de Cerdà a Serra, acentuada estas últimas horas, ha creado muchas dudas en Utz Claassen, que ahora ya no ve con tanta nitidez como antes la comunión con el de Pollença y de ahí que, pese a que mañana se presente el modelo de gestión de Claassen, este previsiblemente no sea aprobado debido a las numerosas variaciones que se habrán introducido por parte del presidente en funciones.
La figura del apoderado cobra fuerza estas últimas horas y es uno de los 'ases' que se guarda en la manga el director deportivo para no perder el control de la SAD Isleña.