Con toda la presión del mundo sobre los hombros y a un solo partido de darle la vuelta al calendario, Joaquín Caparrós sueña con ver otra vez la luz en el escenario que más le motiva. El técnico del Mallorca, que se niega a bajar los brazos a pesar de que los números de su equipo llevan más tiempo del necesario bajo mínimos, está convencido de que circula sobre el carril correcto y quiere aprovechar su derbi particular para detener la sangría, aplicarle una dosis de optimismo a un vestuario especialmente castigado por la crisis de resultados y recuperar algo de aliento.
Estimulado
Sevillista de cuna, Caparrós nunca ha ocultado que si hay un partido que le estimula es el del Betis. «El campo que más me pone visitar es el Villamarín. Y sobre todo ahora, que puedo ir con Lorenzo (Serra Ferrer) sentado a mi lado en el autocar», explicaba recientemente el entrenador durante una entrevista concedida a este diario. Y, curiosamente, irrumpirá por primera vez en él a los mandos del Mallorca en el momento más delicado de su carrera. Allí puede olvidarlo y darle un golpe de efecto al trayecto rojillo o incrementar el enredo y mantener atrapada a su formación en las alcantarillas de la tabla.
Lo cierto es que más allá de la carga emocional o de la motivación que supone para Capa sentarse en el banquillo visitante del Villamarín, no se le nada mal dirigir en terreno bético. De los ocho partidos que ha protagonizado en la Avenida de las Palmeras (cuatro con el Sevilla, dos con el Deportivo y otros tantos con el Athletic), sólo ha perdido uno y de eso han pasado ya más de siete años. Curiosamente, el conjunto bético estaba dirigido aquel día (7 de mayo de 2005) por el que hoy es su director deportivo: Llorenç Serra Ferrer. El máximo accionista del Mallorca se imponía en la batalla gracias a un tempranero gol del brasileño Ricardo Oliveira a pesar de ser expulsado (1-0).
Caparrós, que se ha impuesto cuatro veces en la acera bética, ha concentrado tres de sus victorias en las cuatro últimas visitas. Se vengó de Serra Ferrer en su siguiente visita con el Deportivo (0-1, con gol de Rubén Castro en el último minuto; temporada 2005-06), empató con un tanto de Arizmendi un año más tarde (1-1) y se marchó con los bolsillos llenos en sus dos incursiones más recientes con el Athletic. En la primera (2007-08), recostado sobre el acierto de Yeste y David López (1-2). Y en la última (2008-09), gracias a Javi Martínez (0-1).
El sábado, con el agua hasta el cuello, está obligado a repetir gesta si no quiere que su Mallorca se siga despeñando.