La crisis del Mallorca no sólo desconoce sus propios límites. Además, admite muy pocas comparaciones en sus 96 años de vida. En coma desde hace casi un trimestre, el equipo de Caparrós igualó ayer la peor racha de resultados de toda su historia -independientemente de la categoría en la que actuara-, que databa de la temporada 1953-54, al engarzar 14 partidos peleado con la victoria. Por si fuera poco, suma tres partidos sin ni siquiera marcar y duerme desde anoche en posiciones de descenso por culpa del empate atrapado por el Granada ante la Real.
Hay que remontarse a mediados del siglo pasado para encontrarse un agujero del mismo tamaño que el actual en la existencia rojinegra. En aquella ocasión, instalado en Segunda División, la escuadra isleña hilvanaba doce derrotas y dos empates que le mandaban directamente a Tercera junto Mestalla, Alcoyano y Melilla.
El Mallorca también ha lanzado a la basura el candado de Son Moix, donde lleva escenificadas siete funciones (5 de Liga y otras 2 de Copa) sin representar una sola victoria. No sucedía desde la campaña 2003-04, cuando enlazó un pequeño bache en el torneo doméstico con un partido de su último paso por la Copa de la UEFA.
Por si fuera poco, el Mallorca ha perdido la magia que exponía hasta ahora en ataque y abrochaba ante el Athletic una semana terrible en la que ha encajado 10 goles y en la que no ha marcado ninguno. Con números así, lo normal es alojarse ya en los puestos de descenso de la clasificación.